Apoyan que la vida puede extenderse entre planetas contiguos

Meteorito venido de Marte que podría tener bacterias fosilizadas
NASA
Actualizado: jueves, 3 diciembre 2015 17:34

   MADRID, 3 Dic. (EUROPA PRESS) -

   Científicos de la Universidad de Nevada y el Harvard Center for Astrophysics, han estudiado el escenario plausible del encuentro de dos civilizaciones en sendos planetas de un sistema extrasolar.

   El trabajo 'Consideraciones dinámicas para la vida en sistemas planetarios multihabitables', publicado en arxiv.org, explora esta cuestión mediante el examen de algunas de las condiciones que afectan a la vida en un sistema solar con dos planetas habitables.

   Los investigadores --Jason H.Steffen y Gongjie Li-- se inspiraron en el descubrimiento de la NASA de Kepler 36b y Kepler 36c, dos planetas conocidos de la estrella Kepler 36. Las distancias orbitales de estos planetas respecto a su estrella difieren sólo en un 10%, lo que les hace vecinos extremadamente cercanos.

   El planeta interior completa siete órbitas en el tiempo que tarda el planeta exterior eb completar seis órbitas (una situación descrita como 7:6 significa resonancia de movimiento). Esto significa que una vez cada seis o siete de sus años (dependiendo de qué planeta), su planeta vecino pasa cerca.

   Los investigadores se preguntaban primero si estos pasajes estrechos periódicos afectarían a la inclinación del eje de cualquiera planeta. Esto es importante en el contexto de la vida debido a que las grandes fluctuaciones en la inclinación del eje conducirían a variaciones drásticas en el clima. Aunque no es fatal para la vida microbiana, podría reducir las posibilidades de vida compleja emergente y hacer que sea muy difícil para cualquier vida inteligente evolucionar para establecer una civilización duradera.

   En el caso de Kepler 36b o 36c Kepler, es muy poco probable que pueda existir la vida, debido a que están demasiado cerca de su estrella y tienen temperaturas en superficie que se aproximan a 1.000 grados Celsius. Por tanto, los investigadores analizaron un par hipotético de planetas similares a la Tierra en resonancia 3:2, dentro de la zona habitable de su estrella, donde el agua líquida podría ser estable en sus superficies. Sustentando buenas perspectivas para la vida compleja, encontraron que la inclinación del eje del planeta no variaba mucho como resultado de su cercanía.

   Suponiendo que existiera vida en uno de ellos, entonces querían averiguar si podría extenderse al otro. Está bien establecido que los microbios rupícolas pueden sobrevivir a un impacto que pueda expulsarlos de un planeta, seguido por períodos de años en el espacio, y luego pasar a desarrollarse en otro mundo.

   El concepto teórico de la difusión de la vida de mundo en mundo se llama "panspermia", y la variante que implica que la vida viaje encerrada dentro de rocas se conoce como "litopanspermia". El estudio encontró que la litopanspermia debe ser muy fácil entre los planetas que comparten 7:6, 6:5, 4:3 o 3:2 de resonancia orbital.

   Con frecuencia pasan tan cerca uno del otro que los desechos de impacto pueden pasar de un planeta a otro. Esto, especulan, significaría que si la vida surgió en uno de los planetas habitables entonces sería fácil de propagarse al otro.

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