MADRID 24 Nov. (EUROPA PRESS) -
Los pacientes que han pasado por cirugía de 'bypass' o angioplastia para tratar el flujo restringido de sangre a su pierna tienen una supervivencia libre de amputación similar, según un estudio de la Universidad de Birmingham (Reino Unido) que se publica en la edición digital de la revista 'The Lancet'. Sin embargo, los pacientes que no se encuentran en condiciones saludables al sufrir otras enfermedades deberían optar por una angioplastia, mientras que en el caso de los más saludables la opción más recomendada es la cirugía de bypass.
Los expertos explican que la diabetes y el tabaquismo son los factores de riesgo para la isquemia grave en las extremidades, en las que el flujo sanguíneo a la pierna se ve restringido. Las personas con esta condición pueden experimentar pérdida de tejido en sus piernas debido a la ulceración o la gangrena y dolor durante el descanso nocturno. Los dos tratamientos que se utilizan en la actualidad son la cirugía de bypass y la angioplastia de balón. Algunos cirujanos prefieren la cirugía de bypass y otros la angioplastia de balón, sin embargo, la diferencia de opinión se basa en evidencias escasas o inexistentes.
Los científicos compararon los resultados de los dos métodos en pacientes con restricción grave de flujo sanguíneo a la pierna. Reclutaron a 452 pacientes de 27 hospitales de Reino Unido; 228 fueron asignados a la cirugía y 224 a la angioplastia. En conjunto, los investigadores descubrieron que después de seis meses de las intervenciones no se evidenció diferencia en la supervivencia libre de amputación. En el corto plazo, la angioplastia se asoció con menor enfermedad, bajo coste y un ingreso hospitalario menor en comparación con la cirugía. Sin embargo, la técnica tuvo un mayor nivel de fracaso y de tasa de reintervención que la cirugía.
Andrew Bradbury, autor principal del estudio, señala que los resultados a medio plazo del estudio indican que los pacientes con esta afección y que están en condiciones físicas adecuadas pueden ser tratados con ambos tipos de intervención. Sin embargo, los pacientes que tienen una esperanza de vida de uno a dos años deben pasar por la angioplastia cuando esto sea posible.