Expertos recomiendan el uso de paracetamol inyectable para tratar el dolor agudo post operatorio

MADRID, 2 Dic. (EUROPA PRESS) -

Diversos expertos recomiendan el uso de paracetamol inyectable para disminuir el dolor después de una intervención quirúrgica, destacando 'el confort analgésico' del fármaco por su alta seguridad y tolerancia, según informaron ayer los laboratorios Bristol-Myers Squibb.

"El empleo de paracetamol inyectable no provoca la aparición de reacciones alérgicas, hipotensión y agranulocitosis", explicó el doctor Dulanto, médico adjunto del Servicio de Anestesiología y Reanimación del Hospital de Basurto (Bilbao). "Otra de sus ventajas es que tampoco produce los efectos adversos asociados a los AINEs y a los opiáceos, como molestias gástricas, úlceras de estómago, náuseas y vómitos postoperatorios", continuó.

El paracetamol inyectable tiene una eficacia comparable a la de los analgésicos utilizados habitualmente, un buen perfil de tolerancia y una acción rápida. Cuando se emplea junto a opiáceos permite bajar las dosis de estos fármacos.

Así, un adecuado tratamiento farmacológico eliminaría el dolor agudo tras la operación en el 80 por ciento de casos. Según la última encuesta sobre dolor en España, el 31 por ciento de los pacientes operados en España presentan dolor intenso al despertar.

"La implantación sistemática de protocolos y un buen tratamiento farmacológico eliminarían entre el 70 y 80 por ciento de los casos de dolor agudo postoperatorio en los pacientes españoles", señaló el doctor Carlos Barutel, presidente electo de la Sociedad Española del Dolor y presidente de la Societat Catalana de Dolor.

Aún así, un 80 por ciento de los pacientes se muestra satisfecho con el tratamiento del dolor, pese a que uno de cada tres aún lo padece. "La mayoría de los pacientes aguantan estoicamente el dolor y lo ven como algo inherente a la operación, pero esta concepción debe cambiar", indicó el doctor Barutel.

De este modo, para mejorar el tratamiento del dolor postquirúrgico, el doctor Barutel propone dar más información al paciente antes de la intervención quirúrgica, valorar el tratamiento protocolizado inmediatamente después de la intervención, implantar equipos multidisciplinares en la fase del postoperatorio y crear más unidades del dolor.