Se cumplen 39 años del paso de la Voyager 2 por Saturno

Saturno, captado por la misión Viyager 2
Saturno, captado por la misión Viyager 2 - NASA
Actualizado: martes, 25 agosto 2020 11:37

   MADRID, 25 Ago. (EUROPA PRESS) -

   El 25 de agosto de 1981, hace 39 años, la nave Voyager 2 de la NASA hizo su aproximación más cercana a Saturno, una segunda mirada al sistema planetario tras la visita de la Pioneer 11 en 1979.

   Científicos y astrónomos vieron la abundancia de información que Voyager 2 reveló sobre el planeta y, tan sólo un año más tarde, un grupo de trabajo conjunto de América y Europa comenzó a discutir una misión que profundizase en su legado.

   Esa misión, llamada Cassini, estudió el sistema de Saturno desde 2004 hasta 2017 y dió seguimiento a muchos de los descubrimientos de la Voyager 2, profundizando en el conocimiento de lo que algunos astrónomos llaman un 'mini Sistema Solar'.

MUCHAS LUNAS MISTERIOSAS

   El viaje de la Voyager 2 a Saturno proporcionó una visión diferente de las lunas del planeta, cada una con características diferentes, entre las que se encuentran Tetis, Dione, Rea o Iapeto.

   Una de las principales conclusiones de las visitas a Saturno fue que las lunas del planeta tenían evidencia de actividad geológica pasada, y que Encélado --uno de los cuerpos planetarios más brillantes jamás vistos-- podría seguir activo.

   Cassini se dispuso a profundizar en la naturaleza de estas lunas y encontró que Encelado tiene en la actualidad géiseres en erupción. Asimismo, Cassini también confirmó que Encélado es la fuente del anillo E de Saturno, algo que fue sugerido por la Voyager. Pero, mientras que las imágenes de hace 35 años insinuaron volcanes de hielo en Dione, Cassini reveló que se trata en realidad un sistema de cañones brillantes.

   Titán, la mayor luna de Saturno, era un objetivo de alta prioridad para la misión Voyager y se mostró que su atmósfera se compone principalmente de nitrógeno, con un pequeño tanto por ciento de metano y pequeñas cantidades de otros hidrocarburos complejos, tales como etano, propano y acetileno. Ninguna otra luna en el sistema solar tiene una atmósfera tan densa.

   Así, planificadores de la misión trazaron un camino a través del sistema de Saturno que proporcionó el impulso gravitacional necesario para enviar la Voyager 2 a Urano. Pero debido a un intenso interés por la atmósfera de Titán, la luna gigante fue la más alta prioridad. De hecho, el equipo habría dirigido Voyager 2 mucho más cerca de Titán si Voyager 1 no hubiera tenido éxito en la observación de la misma.

   Voyager 2 descubrió cuatro lunas nuevas y también reveló cómo la atracción gravitatoria de estos satélites provoca ondulaciones en los anillos de Saturno, al igual que la estela de un barco en el mar. Además, se descubrió que había también sorprendentes lagunas en los anillos, algunos causados por lunas incrustadas dentro de ellos.

   Igualmente, la Voyager 2 midió la velocidad del viento, la temperatura y la densidad de la atmósfera de Saturno. Con las mediciones de la Voyager como punto de partida, la Cassini analizó con mayor detenimiento como la atmósfera de Saturno cambia con las estaciones.

   Voyager también hizo las primeras observaciones a cerca de los anillos de Saturno, esclareciendo nuevos anillos delgados y débiles, junto con las características espectrales llamados radios.

   La misión de la Voyager 2 continúa en la actualidad ya en el espacio interestelar, a cargo del Heliophysics System Observatory, con una serie de misiones que exploran el entorno espacial y que contribuyan a la protección de futuras misiones.

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