MADRID, 27 Ene. (EUROPA PRESS) -
La ESA se propone lanzar en los próximos años sendas misiones --Solar Orbiter y JUICE-- para estudiar los entornos más extremos de nuestro sistema solar.
La primera despegará, en octubre de 2018, y su objetivo será observar la actividad del Sol y su influencia en el entorno interplanetario. Después, en 2022, despegará JUICE (Jupiter Icy Moons Explorer), que se dedicará a estudiar el sistema de Júpiter y, especialmente, sus tres lunas heladas, Europa, Ganímedes y Calisto.
Solar Orbiter es, en palabras de Luis Sánchez, jefe de desarrollo de Operaciones de Ciencia del orbitador, "una misión clave para entender la relación entre el Sol y la Tierra". Entre sus principales objetivos figura establecer una relación entre los fenómenos solares y las perturbaciones que éstos crean en el espacio entre la estrella y la Tierra y observar los polos del Sol para poder entender el funcionamiento de los ciclos de actividad solar. "Si entendemos mejor los fenómenos solares y el medio interplanetario, entenderemos mejor la climatología espacial", explica Sánchez en un comunicado, y se podrán hacer predicciones más precisas.
Con su observación de los polos de la estrella, por ejemplo, los científicos podrán tener modelos de la capa de convección solar que no se restrinjan sólo al ecuador. Para ello, Solar Orbiter estará tres años y medio observando la estrella y su entorno, a partir de 2021, y se aproximará en el perihelio a 42 millones de kilómetros del Sol, más cerca que la órbita de Mercurio. Esta cercanía al estrella, y su intenso entorno de radiación, trece veces superior a lo habitual, ha supuesto grandes desafíos tecnológicos para el diseño del satélite.
En el Sistema Solar, el otro objeto de mayores dimensiones, y con un campo magnético sólo por debajo del solar, es Júpiter, que es el objetivo de la misión JUICE. Su propósito es averiguar "si la vida tal y como la conocemos podría desarrollarse no sólo en las zonas más frías (del espacio), sino en las lunas heladas alrededor de planetas gigantes", explica Claire Vallat, científica de operaciones de la misión. Para ello, la sonda va a estudiar las tres lunas heladas de Júpiter, Europa, Ganímedes y Calisto, de las que se han detectado indicios de que poseen océanos subterráneos, y que las fuerzas de marea generadas por la gravedad de Júpiter provocan en ellas actividad geológica de diferentes tipos.
El descubrimiento de exoplanetas con una distribución de masa similar a la del sistema joviano, y de hábitats marinos en la Tierra en los que hay formas de vida que no necesitan fotosíntesis, son dos de las grandes motivaciones para la puesta en marcha de JUICE, que es la primera misión del Sistema Solar exterior que lidera la ESA.
Vallat señala que la sonda "observará Júpiter, por un lado, y las tres lunas heladas por otro", y tendrá por ello dos perfiles a lo largo de su fase de operaciones científicas, una vez que entre en órbita de Júpiter en 2029. Primero, en 2030, realizará dos sobrevuelos cercanos de Europa, a unos 400 kilómetros de su superficie y después, hasta mediados de 2031, observará las altas latitudes de Júpiter. A partir de 2032, JUICE pasará a orbitar Ganímedes hasta 2033, fecha prevista del final de la misión.