La acidez de la orina de diabéticos tipo 2 eleva su riesgo de desarrollar piedras en los riñones

Actualizado: jueves, 6 abril 2006 18:21


MADRID, 6 Abr. (EUROPA PRESS) -

Las personas con diabetes tipo 2 tienen altos niveles de acidez en la orina, una característica metabólica que explica su mayor riesgo de desarrollar piedras de ácido úrico en los riñones, según un estudio de la Universidad de Texas Southwestern (Estados Unidos) que se publica en 'Journal of the American Society of Nephrology'.

Los expertos explican que la obesidad y la dieta rica en proteínas animales están asociadas con niveles anormales de acidez en la orina.

En estudios anteriores, los investigadores también concluyeron que las piedras por ácido úrico están asociadas con resistencia a la insulina y diabetes tipo 2.

Pero cuando los investigadores tuvieron en cuenta estos dos componentes en este último estudio, los diabéticos tipo 2 continuaron con mayores niveles de ácido úrico en comparación con los no diabéticos. Estos descubrimientos sugieren que otros factores asociados con la diabetes tipo 2 o la resistencia a la insulina intervienen en la existencia de una excesiva acidez en la orina de esta población.

Los expertos explican que las piedras en los riñones son depósitos sólidos que se forman en estos órganos a partir de sustancias excretadas en la orina. Cuando los materiales de desecho de la orina no se disuelven por completo, las partículas microscópicas comienzan a tomar forma y con el paso del tiempo dan lugar a piedras.

Estos depósitos sólidos pueden permanecer en los riñones o se pueden deshacer y desplazarse a través del tracto urinario.

Según los científicos, las piedras pequeñas pueden transitar por el cuerpo de forma natural, pero las más grandes pueden quedar atrapadas en un uréter, la vejiga o la uretra, posiblemente bloqueando el flujo de la orina y a menudo ocasionando un dolor intenso. Las piedras de ácido úrico son las más difíciles de diagnosticar ya que no aparecen en los rayos X abdominales de rutina y a menudo se retrasa el diagnóstico, lo que conduce al crecimiento de la piedra.