MADRID, 4 Jul. (EUROPA PRESS) -
La extinción masiva que aniquiló las tres cuartas partes de la vida en la Tierra, incluidos los dinosaurios no aviares, preparó el escenario para el rápido crecimiento de las ranas.
En un artículo publicado esta semana en 'Proceedings of National Academy of Sciences', un equipo internacional de investigadores presentó un nuevo árbol de la vida de las ranas que ayuda a resolver enigmas de larga duración sobre las relaciones y arroja luz sobre la historia y el ritmo de la evolución de la rana.
De manera inesperada, sus análisis mostraron que tres linajes principales de las ranas modernas --cerca del 88 por ciento de las especies vivas-- aparecieron simultáneamente, evolucionando tras el evento de extinción que marcó el final del Cretácico y el comienzo del Paleógeno hace 66 millones de años. La investigación anterior sugirió un origen más antiguo de muchos de estos grupos modernos de ranas.
"Las ranas han existido durante más de 200 millones de años, pero este estudio demuestra que no fue hasta la extinción de los dinosaurios cuando tuvimos esta explosión de la diversidad de ranas que dio lugar a la gran mayoría de las ranas que vemos hoy --explica el coautor del estudio David Blackburn, conservador asociado de anfibios y reptiles en el Museo de Historia Natural de la Florida en el campus de la Universidad de Florida, Estados Unidos--. Este hallazgo fue totalmente inesperado".
La velocidad a la que las ranas se diversificaron después del impacto del asteroide o del cometa que provocó una muerte masiva de la mayoría de la vida vegetal y animal sugiere que los supervivientes probablemente estaban llenando nuevos nichos en la Tierra, plantea Blackburn.
"Creemos que hubo alteraciones masivas de los ecosistemas en ese momento, incluyendo la destrucción generalizada de los bosques --relata--. Pero las ranas son muy buenas en ganarse la vida en microhábitats, y a medida que los bosques y los ecosistemas tropicales se recuperaron, rápidamente se aprovecharon de esas nuevas oportunidades ecológicas".
Las ranas se convirtieron en uno de los grupos más diversos de vertebrados, con más de 6.700 especies descritas, pero los escasos datos genéticos han impedido a los científicos determinar de manera fiable su historia evolutiva y los vínculos entre las familias de las ranas. Blackburn se unió a investigadores de la Universidad Sun Yat-Sen, en China, y las universidades de Texas en Austin y de California en Berkeley, ambas en Estados Unidos, para abordar el misterio de la evolución de la rana con un conjunto de datos siete veces mayor que el utilizado en análisis previos.
UN NUEVO ÁRBOL EVOLUTIVO DE LA RANAS CON 55 FAMILIAS
El equipo tomó muestras de un conjunto básico de 95 genes nucleares de 156 especies de ranas, combinando esto con datos genéticos previamente publicados de otras 145 especies para producir el árbol evolutivo más fuertemente soportado, o filogenia, hasta la fecha. El árbol representa las 55 familias conocidas de ranas y genera una nueva línea de tiempo de la evolución de la rana.
Los investigadores utilizaron registros fósiles para traducir las diferencias genéticas entre los linajes de las ranas en fechas en las que probablemente divergían entre sí. Cuando los análisis apuntaron a una evolución simultánea de los tres principales clados de ranas --'Hyloidea', 'Microhylidae' y 'Natatanura'-- los investigadores inicialmente miraron el hallazgo con escepticismo, reconoce Peng Zhang, autor del estudio y profesor en el Departamento de Bioquímica y Biología Molecular en la Universidad Sun Yat-Sen en China.
"Nadie había visto este resultado antes --apunta--. Realizamos el análisis usando diferentes parámetros, pero el resultado permaneció igual. Me di cuenta de que la señal era muy fuerte en nuestros datos; lo que vimos no podía ser falso". Sin embargo, cuando se examina en el contexto de la evolución de otros animales, el hallazgo tiene sentido, según afirma Blackburn.
"Mirando las filogenias de aves o mamíferos, podemos ver un reflejo de la historia de la Tierra; sus eventos climáticos y geológicos --explica--. Se puede esperar que estos eventos importantes, la extinción masiva y la desintegración de los continentes, tuvieran un impacto en la evolución de la rana y que las divergencias entre los principales linajes se relacionarían con aquellos en cierto sentido".
El estrecho parecido de especies de ranas distantes en todo el mundo, un factor de evolución de la rana y la biología que ha confundido a los científicos, podría aclararse por la evolución simultánea de los principales clados de ranas, según explica Blackburn. Después de que el evento de extinción diezmó los ecosistemas y estimuló un reajuste, las ranas modernas podrían haberse enfrentado a caminos evolutivos similares.
"Podrías ir fácilmente a África Central, Filipinas y Ecuador y encontrar lo que parecen las mismas ranas que podrían haber compartido por última vez un antepasado común hace 120 millones de años -subraya--. Estos diferentes linajes parecen haberse diversificado de manera similar después de la extinción". Aunque el evento de extinción abrió nuevas oportunidades para las ranas, llevando notablemente a la evolución de las ranas arbóreas en todo el mundo, muchos linajes de ranas se apagaron, particularmente en el Norte de América, asegura Blackburn.
"Excepto por un pequeño puñado de especies, todas las demás ranas de América del Norte son colonizadoras 'post-dinosaurios --detalla--. Si pudieras viajar de regreso al tiempo de 'T. Rex' en Norteamérica, habría ranas, pero el coro que escucharías por la noche no habría sido como lo habrías oído hoy, ni siquiera son las mismas familias".
El estudio también indica que la distribución global de ranas siguió la desintegración de los supercontinentes, comenzando con Pangea hace unos 200 millones de años y luego, Gondwana, que se dividió en América del Sur y África. Los datos sugieren que las ranas probablemente utilizaron la Antártida, aún no encerrada en las capas de hielo, como un trampolín desde América del Sur a Australia.
Blackburn se encuentra ansioso por utilizar la nueva filogenia como hoja de ruta para el registro fósil, particularmente para las ranas que surgieron en el Cretácico. "Esto establece las expectativas de lo que debemos o no deberíamos encontrar", resalta.
