Madrid, a 30 de Octubre de 2017.-
Son muchas las personas de edad avanzada cuyas viviendas cuentan con escaleras, las cuales acostumbran a requerir un gran esfuerzo físico que algunas de ellas ya no son capaces de realizar. Afortunadamente ciertos ancianos gozan de la compañía de familiares que les ayudan en la medida de lo posible, pero otros se ven obligados a lidiar por sí solos con todos y cada uno de los escalones que han de ser subidos o bajados con tal de llegar a la estancia deseada: habitación del piso superior, cuarto de baño, etcétera. La mejor solución para todos ellos consiste en instalar un salvaescaleras que desde el primer momento proporciona una serie de beneficios palpables directamente en el bienestar de los individuos con dificultades a la hora de moverse.
Debido a la importancia que tiene un dispositivo de este tipo es fundamental optar por una empresa de confianza que garantice la mejor atención durante todo el transcurso del proceso, desde que el cliente solicita un presupuesto gratuitamente hasta que la silla elevadora pasa a ser debidamente instalada en la vivienda en cuestión. Otolift es una excelente elección, demostrándolo así la cifra de clientes satisfechos que asciende a un total superior a 100.000. La compañía holandesa opera en la gran mayoría de países emplazados alrededor del mundo y lleva un año comercializando sus productos en España, los cuales son desarrollados por un equipo de ingenieros con una dilatada experiencia a sus espaldas.
El primer aspecto que merece una mención especial es el de que sus modelos se adaptan al cien por cien a las necesidades de cada cliente, por lo que sean cuales sean los tipos de escalones, la distancia a recorrer y otros factores el salvaescaleras pasa a integrarse perfectamente en el hogar. Para ello previamente es elaborado un presupuesto a coste cero, el cual tras ser aprobado da pie a una instalación que no se demora, conllevando que los ancianos dispongan cuanto antes de este dispositivo que tanto les ayuda proporcionándoles una comodidad impagable. Y es que el tedioso proceso que suponía el hecho de tener que subir escalones se convierte en un agradable y breve desplazamiento llevado a cabo por medio de una silla elevadora, contando la misma con elementos de seguridad a través de los que es garantizado el bienestar de las personas mayores que hacen uso de ella tanto para subir al piso de arriba como para realizar el trayecto inverso.
Las ventajas de los salvaescaleras no terminan aquí, puesto que la cifra de accidentes domésticos disminuye considerablemente tras proceder a su instalación en domicilios habitados por sujetos de avanzada edad. La destreza en los movimientos y los reflejos para agarrarse al pasamanos en caso de necesidad son dos características con las que no cuentan en demasía los ancianos, aspecto que provoca una gran cantidad de caídas con lo que ello puede llegar a acarrear, desde fracturas de huesos hasta situaciones de mayor gravedad. Este tipo de contratiempos se reducen enormemente con las sillas elevadoras, puesto que tanto al ascender como al llevar a cabo el descenso la persona permanece segura sin el inevitable riesgo de tropezar que se da al subir o bajar escalones por sus propios medios. Por otra parte, el trayecto es realizado de manera silenciosa sin que el sistema eléctrico del dispositivo provoque molestia alguna en este sentido.
Aquellas viviendas cuyos habitáculos están distribuidos en dos o más plantas acaban causando un sentimiento de culpabilidad en los ancianos, quienes son dependientes de otras personas a las que no quieren molestar lo más mínimo a pesar de que necesitan su ayuda para moverse por los escalones sin tantas dificultades. Sin embargo, su carga mental se reduce ostensiblemente instalando en el domicilio un salvaescaleras con el que los individuos de considerable edad pueden acceder al piso superior o inferior sin ningún impedimento, disminuyendo su dependencia y consiguiendo que no se sientan mal por tener que recurrir a otros para tal fin. Al alcanzar una cierta edad es habitual entrar en procesos depresivos causados por la sensación de ser una carga para los demás, así que la inversión se amortiza en poco tiempo al hacerse patente no solo un mejor estado anímico del sujeto, sino también una óptima condición física fruto de no lidiar con el desgaste de los trayectos compuestos por escaleras.
Así pues, las sillas elevadoras son de gran ayuda principalmente para los ancianos, aunque el resto de personas de todas las edades también se ven beneficiadas por la comodidad que trasladan a los hogares. Un claro ejemplo es el de los pacientes que sufren dolencias en el tronco inferior con mucha regularidad, desde tendinitis y talalgias hasta bursitis, requiriendo en algunos casos andar con muletas que dificultan el acceso a habitáculos ubicados en otros niveles de altura. Gracias a los salvaescaleras las complicaciones se reducen a cero mejorando el bienestar de individuos de edad avanzada, sujetos lesionados y todo aquel que desee olvidarse para siempre de los tediosos escalones.
Autor: Pedro Fernández Empresa: OlimpoMarketing