Nina Ricci ha presentado su nueva colección Primavera-Verano 2016 en el Grand Palais de París, en el marco de la Semana de la Moda.
Esta colección amplía el vocabulario de una mujer sensual y libre. Es la expresión de una feminidad sincera y enérgica que se presenta seductora y casual.
El tratamiento de los tejidos cultiva juegos de apariencias en una exploración de texturas y ligereza, en georgette o en una concentración de lentejuelas. La piel de avestruz crea una tensión casi sintética. Utilizada como signo de puntuación, la pluma se convierte en un nuevo acento en el léxico de Nina Ricci.
Los tratamientos son ricos pero nunca ostentosos. La mezcla de materiales atrevidos aúna fragilidad y tensión: la piel de avestruz se mezcla con la organza, las plumas colisionan con la piel que simula el papel. Todos ellos utilizan combinaciones de color estridentes que crean una armonía inesperada: verde pizarra, teja, azul cielo, lavanda y rojo cereza.
Las formas espontáneas invitan al movimiento. Se han creado para fluir de manera indiferente entre el día y la noche, libres de las sensaciones estacionales.
El lazo es otro de los sellos de esta colección. Sostiene la promesa de un momento furtivo, sensorial, en la parte trasera de un vestido delantal, como una bufanda trompe-l'oeil alrededor del cuello o anudado con tres vueltas alrededor del tobillo.
Los zapatos se deslizan de manera sencilla. El bolso Dido, que se lleva de forma despreocupada, completa la silueta. La gargantilla abraza el pelo con un destello, destacando la curva sensual y confidente del cuello.
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