Paleontólogos de la UV explican el gigantismo de depredadores como tiburones o dinosaurios a saltos metabólicos

Paleontólogos del Institut Cavanilles
UV

VALÈNCIA, 5 May. (EUROPA PRESS) -

Paleontólogos del Institut Cavanilles de la Universitat de València (ICBIBE) han propuesto una nueva hipótesis que explica las causas de la evolución del gigantismo en depredadores: los saltos metabólicos como consecuencia de factores internos (endotermia y una respiración eficiente) y ambientales (altas temperaturas y altas concentraciones de oxígeno), según ha informado la institución académica en un comunicado.

La propuesta, publicada en la revista 'Historical Biology', se refiere tanto a animales actuales (el gran tiburón blanco o los cocodrilos) como extintos (dinosaurios, reptiles marinos y voladores, entre otros).

El salto metabólico es un proceso que implica cambiar de un nivel metabólico a otro. Por ejemplo, "pasar de ser ectotermo (o de sangre fría) a endotermo (de sangre caliente); de tener una respiración poco eficiente a una más eficiente; o pasar de vivir en ambientes fríos o pobres en oxígeno, al extremo contrario", apunta Humberto Ferrón, investigador del ICBIBE y participante en el estudio.

La hipótesis formulada por Ferrón, Carlos Martínez y Héctor Botella, del grupo de investigación 'Early Vertebrate Evolution Research-group', (EVE), explica el motivo por el que, a pesar de que los animales marinos más grandes tienen una escasa cantidad de energía destinada a su actividad diaria y tienden a ser filtradores muy lentos, algunos animales constituyen una excepción a esta norma. Los cambios hacia niveles metabólicos más altos podrían permitir que un estilo de vida muy activo (como la depredación) se mantuviera en tamaños corporales mayores.

Además, la evolución de grandes depredadores tiene en los saltos metabólicos el elemento vertebrador, como consecuencia de factores variados: la endotermia y sistemas de respiración eficientes; y altas temperaturas ambientales y altas concentraciones de oxígeno atmosférico.

Así, "los altos niveles de oxígeno registrados durante la Era Paleozoica (hace 540-60 millones de años) probablemente fueron el motor de la adquisición de tamaños gigantescos en un gran número de animales terrestres (varios grupos de insectos y grupos afines como los milpiés) y acuáticos (escorpiones marinos, los primeros vertebrados con mandíbulas y parientes lejanos de las sepias o los pulpos conocidos como ortocerátidos)", ha señalado Ferrón.

RÉCORD DE TAMAÑOS

Además, los expertos indican en el artículo 'The evolution of gigantism in active marine predators', que los aumentos puntuales de la temperatura ambiental en el pasado parecen haber promovido la evolución de tamaños gigantescos en un gran número de animales ya extintos, incluyendo grandes lagartos y pitones como la Titanoboa y varios grupos de cocodrilos.

Por otro lado, la adquisición de endotermia y/o sistemas de respiración muy eficientes en varios grupos de la Era Mesozoica como ictiosaurios, mosasaurios, plesiosaurios (reptiles marinos), pterosaurios (reptiles voladores) y dinosaurios (y sus descendientes, las aves) han sido propuestos también como factores determinantes de la evolución del gigantismo de algunos de sus representantes.

"Es interesante que estos factores promueven saltos o incrementos en la tasa metabólica, lo que posibilita mantener un estilo de vida muy activo como el de un depredador a tamaños inusualmente grandes" ha destacado Humberto Ferrón.

Los vertebrados ostentan los records de tamaño en todos los ambientes que han ocupado a lo largo de su historia evolutiva. Los vertebrados de mayor tamaño tienden a ser filtradores con estilos de vida poco activos. Entre estos destacan el tiburón ballena (el pez actual de mayor tamaño) y grandes cetáceos como la ballena azul (con hasta 33 metros de longitud y más de 170 toneladas de peso, siendo el animal más grande que jamás haya poblado la Tierra).

En el registro fósil también existen ejemplos de grandes filtradores como el pez Leedsichthys, el pez acorazado Titanichthys o algunos ictiosaurios. Por otra parte, los depredadores más grandes presentan tamaños notablemente inferiores. Entre estos, los más grandes son el cachalote, la orca y el tiburón blanco, así como un gran número de representantes ya extintos que incluiría, por ejemplo, al tiburón megalodón, cetáceos como el basilosaurio y "leviatán" o distintos reptiles marinos de la Era Mesozoica.