VALÈNCIA, 15 Jun. (EUROPA PRESS) -
La campaña CIE No ha elaborado un informe con "algunas de las barbaridades" detectadas por el colectivo en los últimos dos años en el interior del Centro de Internamiento de Extranjeros de Zapadores en València, como la muerte violenta del joven marroquí Marouane; medio centenar denuncias de internos por trato intimidatorio, degradante o racista; el encierro a 12 víctimas de trata, algunas de ellas menores y mezcladas con sus proxenetas, y de once menores y de dos enfermos de VIH.
El portavoz de la Campaña CIE No, Adrián Vives, ha presentado en rueda de prensa el informe 'CIE de Zapadores: Sin derecho a tener derechos', que recoge las conclusiones extraídas del casi medio millar de visitas que han realizado a los internos en los dos últimos años y que muestran solo algunis hechos de los que han tenido conocimiento porque temen, por "la opacidad" que impera en el centro, que "nunca se sabrá lo que de verdad ocurre" allí dentro.
El caso más grave fue la muerte de Marouane Abouobaida el 15 de julio de 2019 que "aún no se ha esclarecido". El joven marroquí, de 23 años, "acababa de sufrir una brutal paliza y, estando convaleciente", lo metieron solo en una celda de aislamiento para "protegerlo de sus agresores", según la versión de la policía que ofrece la campaña. "Pero una hora antes de quitarse la vida denunció los dolores que sufría, pero nadie hizo caso", ha señalado.
Vives confía en las evidencias de las grabaciones de las cámaras del CIE y en que los testimonios sirvan para establecer las responsabilidades. Asimismo, ha recordado que desde que se abrieron los CIE en España, al menos diez personas han fallecido entre sus muros o en el traslado forzoso, y en el de València ha habido tres muertes y hay confusión sobre una posible cuarta víctima, por lo que la Campaña ha pedido al Defensor del Pueblo que lo investigue.
Así, estos activistas han detectado que la mitad de quienes son encerrados en Zapadores tienen menos de 30 años, proceden del Magreb y África subsahariana y que durante el promedio de 30 días que permanecen recluidos en el CIE "no solo sufren el deterioro de sus instalaciones", con constantes averías en el sistema de refrigeración, agua helada o ardiendo, goteras, malos olores y suciedad en los baños; "las deficiencias" de sus servicios, con una "inadecuada" asistencia sanitaria, comida "escasa y de poca calidad"; o falta de información sobre su derecho a abogado de oficio y a pedir protección internacional) sino que "muchos cuentan haber padecido malos tratos por parte de la Policía".
En concreto, en 2019 la Campaña recibió quejas de 50 internos por trato intimidatorio, degradante o racista, aunque la mayoría no son hechas públicas porque las víctimas temen las represalias. Sin embargo, este informe da cuenta de un par de casos denunciados ante la justicia: uno se archivó porque -según la Policía, dicen- el denunciante se retractó y el otro fue deportado sin esclarecer lo sucedido.
Asimismo, han detectado internamientos ilegales: el de 12 mujeres posibles víctimas de trata, algunas menores de edad y en algún caso encerradas al mismo tiempo y en el mismo espacio que sus proxenetas, y el de 11 menores de edad, algo "cada vez más habitual". Del mismo modo, han identificado a dos enfermos de VIH cuyas vidas corrían peligro si eran deportados porque no podrían seguir el tratamiento en sus países de origen, Rusia y Venezuela.
Este informe revela que el 44% de las personas que acompañaron en 2018 y el 32% en 2019 fueron puestas en libertad, "cifras que demuestran lo inútil su objetivo esencial: castigar a quien ose cruzar nuestras fronteras".
INTESTABILIDAD EMOCIONAL
Al respecto, ha advertido de que todo ello provoca a los internos "una continua inestabilidad emocional": el 87% de los encerrados tenía sensación de fracaso, el 58% sufría alteración de sueño, el 39% padecía alteraciones psicosomáticas (dolor de estómago y de cabeza, problemas dermatológicos) y el 65% padecía estrés y ansiedad.
Por todo ello, han exigido al Gobierno que aproveche que el CIE se vació de internos por la crisis de la Covid-19 para cerrarlo y no proceda a una reforma que, según las respuestas del Gobierno a Compromís, se acometerá este año y las obras durarán tres meses.
"El Estado no puede gastarse 700.000 euros en seguir reprimiendo, maltratando y torturando a personas", ha reclamado.
"LOS CIE, LOS NUEVOS CAMPOS DE CONCENTRACIÓN"
Por su parte, Thimbo Samb, activista antirracista que sufrió el encierro en el CIE de Tenerife al llegar de Senagal hace 14 años, ha relatado por teléfono su experiencia como interno y al respecto ha contado que cuando vio la película de Ana Frank es cuando tomó conciencia de que había estado en "un campo de concentración". "Aquí en Europa siguen existiendo los campos de concentración, no tienen ninguna diferencia con los CIE, que no son centros de acogida son cárceles de racistas", ha ilustrado.
Así, ha contado que pese a saber que podía morir durante la travesía "lo más difícil" fue ser encerrado en un calabozo al llegar a España donde permaneció 18 días sin ducharse porque no ha había agua. Para Thimbo, las verdaderas mafias no son quienes organizan la travesía sino "quienes explotan nuestros recursos".
"España es un país racista", ha recalcado Samb, aunque a la gente no le guste oírlo. Así, afirma que ha constatado que en España "no es fácil ser negro", y ha puesto solo dos ejemplos: no les alquilan pisos y la gente se separa de ellos cuando camina. Por todo ello, ha pedido a los Gobiernos "corruptos y cobardes" de Occidente que "no se aprovechen" de "las miserias" de los migrantes y que se cierren los CIE".