VALENCIA, 30 Jun. (EUROPA PRESS) -
La sección primera de la Audiencia Provincial de Valencia ha condenado a un hombre a dos años de prisión por provocar una cojera al hijo de su pareja sentimental tras agredirle con un cuchillo en el muslo después de que éste le arrojara un barreño de agua, según consta en la sentencia a la que ha tenido acceso Europa Press. El acusado reconoció la agresión en el juicio pero alegó que lo hizo para defenderse.
El incidente tuvo lugar el 27 de diciembre de 2010 en un piso ubicado en la calle Músico Gomis, en el que vivían el acusado --de 41 años y condenado anteriormente por un delito de lesiones--, su pareja sentimental y el hijo de ésta, que en la actualidad tiene 22 años.
Según consta como probado en la resolución judicial, sobre las 10.15 horas de ese día, el hijo entró "de forma sorpresiva" en la habitación en la que estaba el acusado y le arrojó un recipiente con agua, al tiempo que se abalanzaba contra él.
El hombre, temeroso de la reacción del joven, en el curso de un forcejeo cogió un cuchillo de cocina que guardaba en el despacho, de unos 14 centímetros hoja y acabado en punta, y se lo clavó en el muslo derecho, lo que le ocasionó la sección de la arteria, de la vena femoral superficial y de filetes nervioso del nervio ciático.
Seguidamente, el joven abandonó la vivienda y salió a la calle, donde paró un taxi que le condujo hasta el Hospital General, y fue intervenido de urgencia para la sutura de la vena seccionada. Tardó 133 días en estabilizar la lesión, y se le ha quedado como secuela una cojera. El acusado, nada más cometer la agresión, llamó a la Policía y le comunicó que había clavado un cuchillo a la víctima para defenderse.
El tribunal recuerda que el acusado aludió durante el juicio al clima de violencia derivado del comportamiento del lesionado con su madre y con él mismo, extremo que la mujer confirmó y señaló, incluso, que la puerta del dormitorio se cerraba con un cerrojo.
Por todo, el tribunal valenciano condena al hombre por un delito de lesiones, al estimar que actuó con dolo eventual, con la atenuante de confesión y la eximente incompleta de legítima defensa. Tampoco aprecia alevosía ni abuso de superioridad, ni agravante de parentesco. El hombre tendrá que indemnizar a la víctima con 100.000 euros por las lesiones, las secuelas y el daño moral.
NO CONFORME A LA LÓGICA
El tribunal estima que "no parece muy conforme con la lógica" la explicación de la víctima, que alude a que su agresor se sacó de forma sorpresiva el arma, "dado que si el que atacó fue el lesionado, difícilmente podía prever esa reacción el acusado hasta el punto de esconder entre sus ropas un cuchillo cuando ignoraba que iba a ser atacado".
Entiende que la reacción del hombre de coger un cuchillo, que guardaba en la habitación que usaba como despacho "por el temor que tenía", "se justifica desde la lógica defensiva", aunque cree que esa defensa "fue excesiva y no guardaba proporción, pues no se limitó a repeler por la fuerza a su oponente con las manos o puños, sino que usó el cuchillo".
