VALENCIA 1 May. (EUROPA PRESS) -
La escritora Ana María Matute, a la que hoy se homenajeó en la XL Feria del Libro de Valencia aseguró, en alusión a las criaturas fantásticas que pueblan sus libros, que "la realidad no hay quien la mejore", al tiempo que señaló que para ella "un duende es mucho más real que un director de banco, según informaron en un comunicado fuentes del certamen.
Dijo que éste últimos es "un señor al que no le gustan los números rojos" e ironizó tras hacer estas afirmaciones "Y que no me oigan los banqueros a ver si me van a negar los créditos". Las mismas fuentes apuntaron que la intervención de Matute en la Feria del Libro de Valencia ha sido "acorde con la personalidad de la autora", según señalaron, "ni conferencia, ni entrevista pública, sino una charla a tres voces con sus amigos de muchos años José Más y María Teresa Matute.
Así, apuntaron que "entre la confesión personal, la evocación, las opiniones literarias o el concepto de realidad, Ana María Matute ha recompuesto momentos y temas cruciales en su vida". Sus interlocutores le entregaron un regalo, una fotografía con su hijo Juan Pablo (de Jean Paul Sartre) cuando le enseñaba un teatro de marionetas, explicaron. La escritora comentó que "ese bebé tiene ahora 55 años y mide casi dos metros", según las mismas fuentes, que destacaron el sentido del humor "imbatible" mostrado por Matute.
Durante el encuentro, se habló de su última obra 'Paraíso inhabitado'. Una escena de esta novela muestra dos niños que hablan de sus sentimientos el uno para el otro a través de los personajes de un teatrillo. "Me recuerda lo que hacíamos en la playa un niño que se llamaba Juan Ramón y yo. Abríamos agujeros en la arena y nos cogíamos de las manos y en esa situación nos hacíamos confidencias. Juan Ramón era muy guapo. Siempre me los he buscado muy guapos", comentó
Ana María Matute reconoció la presencia constante de la infancia en su obra. "La infancia es como una condensación de todo lo que vendrá después y es a la vez muy importante y muy desconocida, hay que volver sobre ella", afirmó al respecto.
La escritora reconoció que escribir fue para ella un acto casi natural, biológico, que pasó de escuchar cuentos a leerlos y de ahí a escribirlos a partir de los cinco años, comentaron las mismas fuentes, que indicaron que su madre, a quien describe como una mujer severa, los guardó y se los entregó el día de su boda. "Yo siempre lo he dicho, mi madre hubiera sido amiga del Cid y mi padre, de Ulises", afirmó.
Evocó los tiempos franquistas y se refirió a su divorcio en una época en que ni siquiera existía tal posibilidad, según las mismas fuentes. "Pude ver a mi hijo gracias a que mi suegra era una persona estupenda, el niño me pertenecía los fines de semana, era el niño de los sabaditos", declaró Matute.
CONFIDENCIAS
Entre sus confidencias, la autora desveló que le da pereza escribir cartas y que, por tanto, nadie le recordará por sus epistolario. Manifestó que tiene pocos amigos, pero buenos, muchos conocidos y que aunque ha conocido la enfermedad (actualmente va en silla de ruedas) y los malos tiempos, nunca se ha aburrido. "He tenido suerte, claro, pero yo también he puesto de mi parte. Algunas cosas han llegado como recompensa", aseguró, explicaron.