Cultura.- El Teatro Real estrena mundialmente 'Dulcinea' de Mauricio Sotelo, una coproducción del Palau de les Arts

Actualizado: martes, 16 mayo 2006 19:09

Está previsto que el montaje, que cuenta con dirección musical de Joan Cerveró, se presente próximamente en el coliseo valenciano

VALENCIA/MADRID, 16 May. (EUROPA PRESS) -

El Teatro Real estrenará el próximo jueves a escala mundial 'Dulcinea', su primera ópera de encargo para niños, compuesta por Mauricio Sotelo, con libreto de Andrés Ibáñez y dirección musical del maestro valenciano y director del Grup Instrumental de València, Joan Cerveró, y escénica de Gustavo Tambascio. Este proyecto ha sido coproducido por la Sociedad Estatal de Conmemoraciones Estatales (SECC), el Liceo de Barcelona, la Asociación Amigos de la Ópera de Bilbao, el Teatro de la Maestranza de Sevilla, la Fundación Ópera de Oviedo y el Palau de les Arts de Valencia.

Así lo destacó hoy Antonio Moral, director artístico del coliseo madrileño, quien recordó que el espectáculo se verá posteriormente en todos esos lugares y posiblemente en otros teatros asociados a Ópera XXI. 'Dulcinea' estará en cartel hasta el 22 de mayo con un total de seis funciones, dos de las cuales se enmarcan en el proyecto pedagógico del Teatro Real.

Entre las novedades reseñadas por Moral sobresale también la vinculación de esta ópera con el programa de musicoterapia de los hospitales madrileños de San Rafael y Doce de Octubre, en el que niños con cáncer han trabajado en este tipo de música y posteriormente podrán asistir a la función. Precisamente el "apoyo a los programas educativos y la búsqueda de nuevos públicos" fueron circunstancias que empujaron a la SECC a implicarse en el proyecto, tal y como destacó su presidente, José García Velasco.

Mauricio Sotelo, por su parte, explicó que embarcarse en un espectáculo operístico relacionado con el Quijote en un momento en que el género y la música clásica en general están "en crisis" no era una de sus expectativas si bien confesó sentirse atraído por el "maravilloso" libreto de su amigo, el escritor Andrés Ibáñez.

"La responsabilidad artística ha sido muy grande y tenía que estar a la altura de la historia escrita por Ibáñez. Como me muevo en un lenguaje musical avanzado, me resultó muy difícil acercarme al lenguaje y el imaginario infantil y no caer en la banalización musical", señaló el compositor.

Sotelo calificó el libreto de "fresco y lleno de una imaginación desbordante" y dijo haberse apoyado en las "tradiciones orales" con las que habitualmente suele trabajar, donde ha encontrado las "herramientas musicales" que ayudaran al espectador a recordar situaciones de su propio imaginario (melodías infantiles, grandes arias de conocidas óperas, etcétera).

LA LECTURA

El escritor Andrés Ibáñez confesó haber hecho realidad uno de sus proyectos más antiguos: poner en pie una ópera junto a Sotelo, a quien conoce desde que eran niños. Asimismo, insistió en que desde un primer momento no quiso hacer una ópera sobre el Quijote ("ya había bastantes") sino darle "otro sentido". Por ello, la historia comienza con un niño que se ve obligado a leer la novela de Cervantes pero no conecta ni con la historia, ni con el lenguaje. Poco a poco, los personajes centrales (Don Quijote y Sancho junto a Dulcinea y el sabio Frestón) le convencerán de lo contrario.

"El verdadero tema de esta ópera es la lectura, su importancia, para qué sirve y cómo se debe leer", explicó el autor del libreto. "Y elegí a Dulcinea porque era el lado que más me atraía de la novela, un personaje que tiene que ver con la imaginación y con el mundo interior y que aquí cobra forma concreta y además tiene una gran aria", señaló. "Mi reto era conseguir un diálogo inteligible para los niños del siglo XXI pero respetando algunas frases de la novela de Cervantes a la par que inventando otras. Deseaba evitar esa visión de cachiporrazo y dientes rotos que habitualmente persigue al Quijote", indicó.

CASA VICTORIANA

Gustavo Tambascio dijo haber partido de un libreto "condenadamente bueno" para dar forma visual y estética a este proyecto. "Ahí estaba el problema porque era preciso meterlo todo en el imaginario nuestro de Cervantes visto desde hoy", apuntó.

Una casa de fondo victoriano concebida por el escenógrafo Ricardo Sánchez y el vestuario diseñado por Jesús Ruiz se mezclan en este montaje con diferentes efectos, como hacer volar a alguno de los personajes o mostrar proyecciones virtuales.

Para el maestro Joan Cerveró lo esencial del proyecto es haberse realizado "con mucho cariño". Los dos repartos tienen una "extrema dificultad" en la partitura, según dijo, que, por su parte, la Orquesta Sinfónica de Madrid, reducida en esta ocasión a los solistas, ha acogido con "entusiasmo". "Creo que han hecho un trabajo heroico no exento de enorme talento y magistral dominio de la técnica compositiva", argumentó. "Bulerías, tanguillos, partes habladas y una obra que trabaja el sonido de la mente", son también características de esta ópera.

El elenco que pondrá en pie este espectáculo está compuesto por las sopranos Arantxa Armentia y Beatriz Díaz (en el papel del niño); Beatriz Lanza y Sandra Ferrández (Madre/Dulcinea); los contratenores José Hernández Pastor y David Azurza (Don Quijote) y los barítonos Javier Galán y Enrique Sánchez-Ramos (Sancho).