VALENCIA, 5 Nov. (EUROPA PRESS) -
Un hombre, condenado anteriormente por un delito de lesiones y otros tres de quebrantamiento, ha aceptado en la Audiencia de Valencia cumplir una pena de cinco años y medio de prisión por agredir a su expareja. El procesado, quien ha reconocido los hechos que se le imputan, logró que su exmujer le abriera la puerta de su casa con la excusa de que iba a entregarle un regalo.
Inicialmente, el ministerio fiscal pedía para este hombre la pena de 10 años y medio de prisión por un delito de homicidio en grado de tentativa y otro de amenazas en el ámbito familiar, pero se ha llegado a un acuerdo entre la acusación y la defensa por el que se le ha rebajado la pena hasta los cinco años y medio de cárcel, al sustituir el primer delito por otro de lesiones. Al respecto, la defensa del procesado ha indicado, en declaraciones a los medios de comunicación, que la intención de su cliente no era matar a su expareja.
El procesado, natural de Marruecos y de unos 45 años, fue condenado ejecutoriamente en mayo de 2006, en julio de 2007 y en enero de 2008 por un delito de lesiones en el ámbito familiar y por otros tres de quebrantamiento de condena.
El último incidente tuvo lugar sobre las 19.30 horas del 29 de julio de 2010, cuando el procesado --quien se encuentra en prisión provisional por esta causa desde el 31 de julio del mismo ejercicio-- se presentó en el domicilio de su exmujer, ubicado en la calle Xiquet de la localidad valenciana de Bétera.
Una vez allí, llamó al timbre y le pidió que bajara porque tenía un regalo para ella. Acto seguido, cuando vio a su expareja, sacó una navaja de color plata --de unos cuatro centímetros de largo-- y se la clavó hasta en tres ocasiones en el abdomen, los brazos y la pierna.
Como consecuencia, la mujer sufrió varias lesiones en la región abdominal, en el brazo, antebrazo y muslo derecho. Así, precisó tratamiento médico-quirúrgico y tardó en sanar 94 días.
El procesado, cuando se encontraba en el interior de las dependencias policiales, tras su detención y en presencia de varios agentes, manifestó que si su mujer le denunciaba e iba a Picassent, en cuanto saliera la mataría a ella y a quien estuviese con ella, que "vaya que se lo haría a esa hija de puta", con una clara intención de amedrentar a su exmujer.