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VALNCIA 28 Jul. (EUROPA PRESS) -
Siete jóvenes ajedrecistas ciegos o con deficiencia visual se enfrentan durante esta semana para ganarse el billete al Campeonato del Mundo Juvenil IBCA que se celebrará el año que viene en Valncia. Hasta el 30 de julio, los participantes se dan cita en el Hotel Cemar de Mondariz (Pontevedra).
El XVIII Campeonato de España de Ajedrez Juvenil, organizado por la Federación Española de Deportes para Ciegos (FEDC), es el torneo anual que enfrenta a las promesas del ajedrez para personas ciegas. Este año fue inaugurado por Imelda Fernández, vicepresidenta cuarta de Servicios Sociales y Participación de Grupo Social ONCE, quien dio sus mejores deseos para todos los participantes.
El favorito es el defensor del título Aarón San Juan, que apenas unas semanas atrás se encontraba disputando el Campeonato del Mundo Juvenil en Castelnaudary (Francia) junto a la también participante Iraida Casadevall. Este joven leonés tendrá que enfrentarse a quien parece su mayor rival, el madrileño Miguel Arnedo, que tras su espectacular actuación durante el campeonato nacional por edades disputado el pasado fin de semana en Salobreña parece poder alzarse con el título de campeón.
El campeonato se desarrollará bajo estrictas medidas de seguridad sanitarias, teniendo en cuenta que este deporte requiere estar en constante contacto con las piezas y los tableros en cinco rondas. Se disputarán las tres plazas disponibles para el campeonato del mundo que tendrá lugar del 3 al 11 de julio de 2023 en Valncia.
Desde la ONCE destacan que el ajedrez es un deporte de larga tradición entre las personas con discapacidad visual, ante su facilidad para ser practicado de forma integrada en las competiciones con personas videntes. Para su práctica, los ciegos necesitan solo algunas adaptaciones en el material de juego: por ejemplo, el tablero tiene los cuadros negros ligeramente más altos que los blancos para hacerlos diferentes al tacto.
Además, las piezas negras llevan, en su parte superior, una protuberancia que las distingue de las blancas. Cada casilla del tablero tiene un orificio en el centro en el que se insertan las piezas a través de un pequeño vástago que tienen en su parte inferior. Mediante este sistema, las manos del jugador pueden tocar todas las piezas sin derribarlas.
Las partidas entre ajedrecistas ciegos se juegan en dos tableros. Cada jugador mueve las piezas en su tablero de modo que, al tocarlas, no moleste ni sea molestado por su contrario. Y os relojes disponen de un mecanismo de voz con auriculares para acceder al tiempo de juego.