MADRID, 26 Oct. (EUROPA PRESS) -
La cineasta húngara Ildikó Enyedi invita al espectador a montarse en una "montaña rusa emocional" en la cinta 'En cuerpo y alma', ganadora del Oso de Oro en la pasada edición de la Berlinale y que llega este viernes 27 de octubre a los cines.
Según ha explicado la directora a Europa Press, aunque esta película es "sencilla", si el espectador camina con ella intentará llevarlo a "una montaña rusa emocional" y después podrá pensar en todos esos aspectos que son importantes para ella.
La película presenta a dos personas introvertidas que un día descubren por casualidad que comparten los mismos sueños cada noche, una situación que deciden aceptar y recrear sus encuentros oníricos en la vida real. Sin embargo, cuanto más lo intentan más lejos parece estar.
Enyedi ha explicado que con esta película quería mostrar a gente "con límites" y darles la "oportunidad de vivir algo más completo" y "satisfactorio", así como demostrar que "incluso en momentos límites", la experiencia del amor es "buena".
El papel de su protagonista requería una complejidad que tardó un año y medio en encontrar y que finalmente vio en la actriz Alexandra Borbély, según ha señalado la directora. "Lo que les pedí no era tan difícil, pero era complicado ser frágil, vulnerable y fuerte al mismo tiempo, porque la mayoría de las actrices rebelaban un aspecto tras el otro, pero no podían mostrarlo de manera paralela", ha dicho.
La directora escogió un matadero como lugar de trabajo en el que se conocen los protagonistas, no con el objetivo de expresar la "crueldad evidente sino subyacente", motivo por el que escogió un lugar "limpio y moderno".
"LABERINTO EMOCIONAL COMPLEJO"
Enyedi ha construido en esta película "un laberinto emocional complejo, con humor, drama y melancolía y pasión, que cambia de momento a momento". "Quería comunicar de manera muy directa, a través de emociones y sentimientos, a través de la música y el ambiente", ha dicho.
La directora ha manifestado que quería desaparecer como autor y no hablar directamente con el espectador, sino que la olvidasen como director, lo que, según ha puntualizado, no significa que su acercamiento sea "mejor" que otros, en los que está más presente, pero pensó que podría "dañar la película". "Tenía que ser muy consciente y mantener una simplicidad, crear una conexión con el espectador", ha dicho.
Preguntada por la respuesta del público, que en algunas proyecciones ha llegado a marearse por lo explícito de algunas imágenes, tal y como ocurrió en la pasada edición del Festival de San Sebastián, ha indicado que "comparte sentimientos humanos" que se han recibido bien en lugares tan diferentes como Asia, Australia o Europa.
