Stallone resucita a 'Rocky Balboa', la dulce despedida de un héroe

Actualizado: viernes, 12 enero 2007 11:28


MADRID, 12 Ene. (EUROPA PRESS/Israel Arias Mateo) -

Son muchos los que sostienen que el cine actual está falto de ideas, alarmantemente escaso de creatividad. Puede que por eso en los últimos años exista una tendencia a rescatar héroes casi olvidados del cómic, como veremos en pocas semanas en 'El Motorista fantasma' o ya sufrimos con 'The Punisher' y 'Daredevil' o resucitar a otros que años atrás nacieron en el propio celuloide, como pasó con 'Terminator 3'. Un caso similar es el del hombre que puso nombre a la saga de boxeo más célebre de la historia del cine: 'Rocky Balboa'. La sexta entrega que dirige, escribe, produce y protagoniza un Sylvester Stallone que necesitaba despedirse de su personaje más querido y el que le lanzó al éxito -ganó el Oscar a la mejor película en 1976- como se merecía.

Dieciséis años después del fiasco y la decepción que, confiesa, supuso para él la lamentable 'Rocky V', a sus 60 años Stallone quiso que la cinta fuera algo así como una dulce despedida, "una carta de amor" para dejar con un buen sabor de boca a los muchos fans de la saga. Y trata de hacerlo con una historia de superación, que además cuenta con un punto autobiográfico, según revela el director, que también reconoció que tuvo muchas dificultades a la hora de sacar adelante el proyecto. "Uno está solo en la vida y lo que importa es cómo se siente consigo mismo", afirmó durante la presentación de su película en Madrid.

'Rocky Balboa' nos presenta a un boxeador ya retirado que intenta regresar a los cuadriláteros luchando en peleas de exhibición, en principio, sólo para mantenerse en forma. Pero cuando está a punto de luchar contra el campeón de peso pesado, el, en principio, modesto regreso de Rocky se convierte en el centro de atención para los medios. Pero 'Rocky Balboa' es algo más que una película de boxeo, ya que el personaje tendrá que afrontar retos personales como la muerte de su mujer, el inicio de otra relación y la siempre compleja tarea de ser padre.

Una película emotiva, que supone un más que digno colofón a un personaje que forma ya parte de la historia del cine -en Estados Unidos ha recaudado unos 50 millones de dólares- y de la que subyace un mensaje de superación que proclamó el propio director y que aparece el cartel de la película: "Nada acaba hasta que tu sientes que ya acabado". Una premisa que Stallone parece que lleva a rajatabla y ya trabaja en la cuarta parte de su otro gran personaje: Rambo.

DUELO DE MAGOS

Y de un boxeador de leyenda, a dos magos que buscan ser legendarios. 'El prestigio' narra la rivalidad de dos ilusionistas en el Londres victoriano de finales del siglo XIX a los que dan vida Christian Bale y Hugh Jackman, que se liberan de sus ajustados trajes de Batman y Lobezno, respectivamente, para meterse en la piel de dos vanidosos prestidigitadores. Truco a truco, su enfrentamiento se hará cada vez más encarnizado y peligroso, y en el mismo aparecerá una chica, Olivia Wenscombe, a la que da vida la siempre espectacular Scarlett Johanson, que vuelve a compartir planos con Jackman tras trabajar ambos a las ordenes de Woody Allen en 'Scoop'.

Completan un sólido reparto el cantante David Bowie (que ya ha hecho sus pinitos en el séptimo arte en films tan dispares como 'Basquiat', 'Twin Peaks' o 'La última tentación de Cristo') y una leyenda viva del cine, el oscarizado Sir Michael Cain. Dirigida por Chistopher Nolan, el director que maravilló y sorprendió al mundo entero con 'Memento' y responsable de 'Batman Begins' la última, y quizá mejor, aventura en la gran pantalla del hombre murciélago, 'El prestigio' es una adaptación libre de la novela homónima que Christopher Priest publicó en 1995.

Para el guión, al igual que hiciera en 'Memento', Nolan contó con la participación de su hermano Jonathan. "Hay una relación muy estrecha entre lo que hacen los magos y los directores", afirma el cineasta en declaraciones a su productora recogidas por OTR/Press, que considera que ambos buscan "atraer" al espectador hacia "ciertos puntos de vista". Un thriller poco convencional -a lo que Nolan ya nos tiene acostumbrados- y muy entretenido en el que toda la película parece un gran truco de magia.