Etxebarria refleja en 'Cosmofobia' un lavapiés "multicultural" envuelto en "la sociedad autodestructiva del momento"

Actualizado: sábado, 14 abril 2007 13:20


SEVILLA, 14 Abr. (EUROPA PRESS) -

La ganadora del premio Planeta 2004, Lucía Etxebarria, se adentra con su última novela 'Cosmofobia' (Destino) en la "multiculturalidad" del barrio madrileño de Lavapiés, "un lugar sumido, al igual que el resto del mundo, en una sociedad autodestructiva como consecuencia del inevitable declive del imperio".

En declaraciones a Europa Press, la autora de obras como 'Beatriz y los cuerpos celestes' o 'Un milagro en equilibrio' señaló que "vivimos en una sociedad dominada por el miedo al mundo y la autodestrucción, en la que el declive del imperio es un síntoma evidente". Al hilo de ello, destacó que se trata de un sistema en el que "ya no hay religión homogénea, los problemas de natalidad se han convertido en una constante y proliferan las enfermedades mentales, todas estas circunstancias que nos hacen preguntarnos quién tomará el relevo".

Asimismo, definió la sociedad actual como "una sociedad de consumo que se basa en la frustración del individuo para crearle unas necesidades que no existen". Así, apuntó "la locura" de un mundo en el que las personas se mueren de hambre por una enfermedad como la anorexia e incidió en el "carácter suicida del universo en el que estamos inmersos".

De igual forma, manifestó que la novela aparece en un contexto social y político en el que su argumento está "de lo más vigente", planteándose el texto como "una alternativa necesaria al monopolio literario que las novelas históricas y sobre la Guerra Civil están creando". Por lo tanto, reveló que la obra "recrea la vida cotidiana en un barrio del centro urbano como puede ser Lavapiés en Madrid o La Alameda en Sevilla".

Al hilo de ello, explicó que a lo largo de las páginas de la obra aparecen una serie de personajes de diferentes edades, sexos, nacionalidades y extractos sociales que se mezclan y confluyen "de forma aparentemente irreconciliable" en un caos de personas y destinos "tan vibrantes como el latido de la calle". Así, añadió que este retrato colectivo "presenta el elemento común de la naturaleza humana, una cualidad que nos equipara y nos enseña que no somos tan distintos como pensábamos".

Por último, Etxebarria dijo querer mostrar que la pobreza y las desigualdades sociales "no están sólo en los países del Tercer Mundo", sino que "son problemas que también podemos encontrar en nuestros propios centros urbanos". Igualmente, confesó huir de "esa imagen paternalista del negrito sufriente o de esa otra construcción del árabe radical y fundamentalista". A este respecto, concluyó diciendo que sus personajes son "modernos" y, "al igual que los inmigrantes de mi barrio, han venido a Madrid en avión y no en patera".