John Banville se adentra bajo el pseudónimo de Benjamin Black en el Dublín de los años 50 con 'El secreto de Christine'

Europa Press Cultura
Actualizado: jueves, 12 julio 2007 16:20

MADRID, 12 Jul. (EUROPA PRESS) -

El escritor John Banville presentó hoy bajo el pseudónimo de Benjamin Black su nuevo libro 'El secreto de Christine' (Alfaguara), una novela negra con el Dublín de los años 50 de fondo y que supone la incursión por primera vez del ganador del premio Booker en 2005 en este género.

"Ha supuesto una liberación para mí y para mi forma de hacer literatura", señaló el autor en declaraciones a Europa Press. "Banville escribía muy despacio, era un poeta, mientras que Black es un prosista que ha recuperado la espontaneidad que tenía cuando comencé a escribir".

El escritor, habitual colaborador del 'The New York Review of Book', afirmó que se decidió a escribir una novela negra tras leer "las novelas duras de George Simenon" y que este trabajo estuvo preparado "en tan sólo tres meses". "No necesitaba documentarme, porque yo crecí en este Dublín que es ideal para la intriga gracias a la niebla", explicó.

El patólogo Garret Quirke comenzará a investigar por su cuenta la misteriosa muerte de una joven vinculada a su familia, Christine Falls. Sus investigaciones le llevarán a descubrir la vinculación que hay detrás de la desaparición de otras jóvenes embarazadas y los orfanatos que las acogen.

"PEQUEÑOS CRIMENES" IRLANDESES

Banville aclaró que las razones que llevan al protagonista de su libro a adentrase en esta trama de asesinatos es "la curiosidad incurable y la necesidad de la gente de seguir las historias de otras personas". Según el autor de 'El Mar', esto es "algo habitual en Irlanda, donde a la gente le encanta averiguar cuales son los pequeños crímenes de los demás".

La Iglesia Católica se convierte en una de las protagonistas involuntarias de 'El secreto de Christine' (que también contará con su versión en catalán, 'El secret de Christine Falls', de Ediciones Bromera), ya que las monjas que acogen a las jóvenes perdidas tendrán mucho que ver en su futuro. El escritor señaló que "el inmenso poder" de esta institución por esa época era algo habitual y, por ello, no era descabellado pensar que podrían ocurrir cosas así, ya que los políticos preferían mirar a otro lado por "miedo a que les dieran con el crucifijo".

LA SAGA CONTINÚA

Los problemas a los que se enfrentaban las chicas embarazadas eran "terribles", puesto que esa situación "era lo peor que podía pasarle a una familia", dijo Banville. A menudo, "si las chicas 'se metían en líos'", se las enviaba fuera al campo con otros familiares, y luego cuando tenían el hijo, se daba en adopción y la chica volvía a la ciudad.

"Era una sociedad muy cruel, totalmente dirigida por los hombres, que eran curas que mantenían el celibato y no tenían ni idea de que iba la cosa", concluyó el autor, quien no descartó una continuación de la saga con Phoebe (la sobrina de Quirke) como protagonista, una vez "concluya los trabajos pendientes de Banville".

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