Trevor Jones: "A veces es difícil entender lo que el cineasta quiere"

Trevor Jones
EUROPA PRESS
Actualizado: viernes, 14 diciembre 2012 16:10

MADRID, 14 Dic. (EUROPA PRESS) -

La banda sonora de las obras cinematográficas no solo ha de ser una buena melodía, sino "contribuir a la historia narrada y hacerla más clara para el público". Así lo piensa Trevor Jones, autor de la banda sonora de películas como 'El Último Mohicano', 'En el nombre del padre' o 'Nothing Hill', y que estos días visita Madrid para participar en el taller de sonido y música que organiza la Fundación Autor de la SGAE.

Según ha indicado el compositor este viernes en declaraciones a Europa Press, un director nunca dirá que la música permanece por encima de las imágenes, pero lo que sí es cierto es que los sonidos pueden suponer "una fuerte identificación con la película". "La música es muy especial porque puede suponer esa relación emocional con la audiencia", apunta.

Para Jones, esta labor siempre ha supuesto "un reto" y el principal obstáculo que hay que superar y el más difícil es uno: "Entender lo que el cineasta quiere". Por un lado, crea el vínculo emocional con la historia o lo refuerza. Por otro, ha de mantenerse en el límite para no acaparar protagonismo.

"He trabajado con directores que no quieren que la música capte demasiado la atención, porque se trata de un elemento más de la experiencia cinematográfica, como la edición o el maquillaje, todo aquello que contribuye al resultado final", explica.

Por ello, a veces es difícil entender lo que el cineasta quiere. "En una ocasión me pidieron que no crease un gran tema, y al final creo que es una de las bandas sonoras con más protagonismo", señala.

LA MÚSICA ES COMO "UN VIAJE"

Para poder trasladar sus conocimientos en el taller en el que ahora participa, Jones pone un ejemplo: "Es como un viaje. Yo siempre intento equiparme con todo lo que necesito. En este caso, hay que entender todo el trasfondo de la película, el contexto de la narrativa, la historia y, sobre todo, lo que el director quiere que sienta la audiencia".

El compositor no escatima en elogios para este taller, una labor importante "incluso en momentos austeros", ya que los alumnos necesitan aprender para "poder hacer películas en el futuro". "Hay que poner la semilla para alimentar la siguiente generación", asegura.

Satisfecho con su trabajo, que describe como "emocionante", Jones afirma que siempre es un desafío, ya que requiere investigar y meterse en la mente del equipo de la película. Después, el objetivo es crear un enlace directo entre las imágenes y el espectador.

Respecto a las emociones, el mayor obstáculo con el que se ha encontrado en su trayectoria ha sido poner música al "humor". "Para otros será fácil, pero para mí el momento en el que la música intenta hacer la película divertida cae y se debilita. La tristeza y el drama es más fácil que intentar que las cosas sean más ligeras", afirma.

La música compuesta para las bandas sonoras apenas tiene 80 años. "No es suficiente tiempo para poder hablar de ello", afirma. Sin embargo, ha cambiado mucho a lo largo de estos años y han surgido maestros de la partitura. "Ennio Morricone, por ejemplo, es delicado y preciso en sus composiciones para crear ambientes", concluye.