Baloncesto/Mundial.- Del 'angolazo' a la gloria

Europa Press Deportes
Actualizado: domingo, 3 septiembre 2006 16:33

SAITAMA (JAPON), 3 (EUROPA PRESS)

En el verano de 1992, la selección española de baloncesto salió desarmada, destrozada y eliminada a las primeras de cambio en los Juegos Olímpicos de Barcelona, donde, además, ejercía de anfitriona, tras sufrir el conocido 'angolazo'.

La generación de Alberto Herreros, Jordi Villacampa, 'Chechu' Biriukov, Orenga y Epi, entrenados por Antonio Diaz-Miguel, había tocado a su fin inevitablemente. Durante los Juegos, España fue de mal en peor. Hasta que llegó Angola, un equipo inexistente en el panorama internacional. La paliza fue de órdago con la sensación de vergüenza total y conscientes de que estaban fracasando estrepitosamente.

Afortunadamente llegó la resurreción. 14 veranos después, la historia es bien distinta. Los 'juniors de oro', Pau Gasol, Juan Carlos Navarro, Felipe Reyes, Carlos Cabezas y Berni Rodríguez han conseguido levantar a un país y desperezarlo de la desilusión continua que regala el fútbol.

En el baloncesto sí se puede y da igual que se hable de cuartos o de semifinales. España planta cara, juega, compite y toca el corazón a todos aquellos que, aunque no entiendan de básquet, entienden de emociones.

El pasado es pasado y el 'angolazo' queda muy atrás, a pesar de querer recuperarlo recientemente en el partido de grupo que enfrentó a los de 'Pepu' ante los africanos. Ahora toca vivir con la alegría de ser Campeones del Mundo, de ser reyes del baloncesto, incluso por encima de esos que se hacen llamar 'dream team'.

El baloncesto español vive el mejor momento de su historia y ser testigo es mejor que ver imágenes del recuerdo. Calderón, Navarro, Garbajosa y Gasol levantan de su asiento al espectador como pocos deportistas españoles lo han conseguido, tanto si el de Memphis anota una canasta prodigiosa, llena de rabia y agresividad, como si llora de dolor por su pie izquierdo.

El importante contratiempo de Felipe Reyes, que le apartó toda la primera fase del campeonato, el juego duro de los argentinos, el correoso equipo griego y la irremediable lesión de Pau Gasol ya quedan atrás. Da igual, España es campeona del Mundo y todo lo demás no importa.

'Pepu' y los suyos han entrado en la historia y por la puerta grande. España puede mirar, con la humildad que la caracteriza, por encima del hombro al resto de las selecciones, y todo esto por mérito propio, por el empeño de querer quedarse grabados en la retina de los aficionados.

Contenido patrocinado