Gasol, como máximo reboteador del partido, alcanza el sueño de ser un 'All Star'

Europa Press Deportes
Actualizado: lunes, 20 febrero 2006 9:43

HOUSTON, 20 Feb. (EUROPA PRESS) -

El español Pau Gasol cumplió con su sueño de ser un 'all star' de la NBA en un Partido de las Estrellas, disputado en el Toyota Center de Houston, en el que el equipo del Este volvió a ganar al Oeste (122-120) y en el que LeBron James (29 puntos) se hizo acreedor del MVP del encuentro.

Como todos los pioneros, Gasol, que no fue el primer español en jugar en la mejor liga del mundo, ya que ese mérito será por siempre de Fernando Martín, pero sí el primero en hacerse un nombre propio, tuvo que superar adversidades, como una amigdalitis de última hora, pero pudo con ellas para ganarse el respeto de los que ya son sus iguales.

El catalán fue la viva imagen del jugador que se ha forjado a lo largo de estas cinco temporadas en los Grizzlies de Memphis, equipo que ha crecido de su mano para escalar de lo más profundo a la zona noble de los 'play-offs', en los 14:13 minutos de que gozó, repartidos en los tres primeros cuartos.

Tan sólo le quedó la espina de no poder anotar, erró sus tres lanzamientos, pero sumó 12 capturas, seis en ataque y seis en defensa, siendo el máximo reboteador del encuentro, dio dos asistencias y demostró que ha aprendido que se puede ser más grande cuando se piensa en los demás.

DEBUT EN EL PRIMER CUARTO

A falta de 4:41 para la conclusión del primer cuarto, posiblemente antes de lo esperado, le llegó a Gasol su hora de la verdad. El de Sant Boi, como pívot suplente en el Oeste, saltó a la cancha por uno de los ídolos en el Toyota Center, el gigante chino Yao Ming.

Le tocó bailar con la más 'fea' del Este, Shaquille O'Neal. Una falta sobre él fue su primer acto en el partido. No se amilanó de todas maneras el español, al que posiblemente esa ilusión por gozar a tope de este gran momento en el firmamento de la mejor liga del mundo hizo que no diera muestras de la más mínima merma física producto de esa amigdalitis que le tuvo en cama todo el día anterior.

Avery Johnson, el técnico de Dallas Mavericks que dirigió a las estrellas del Oeste gracias a la gran temporada que está realizando su equipo, que pelea nada más y nada menos que con los vigentes campeones, San Antonio Spurs, por ser el mejor conjunto de la conferencia, le concedió ocho minutos en los que Gasol dejó muestras de algunas de las bondades que le han llevado a ganarse el beneplácito de los propios entrenadores.

Gasol no pudo estrenar su casillero de puntos, fallando el único tiro que intentó a canasta, pero demostró que es un jugador que, especialmente en este año, ha madurado y captado que el trabajo para el equipo puede dar más réditos que el brillo personal. El catalán se puso el mono de faena y barrió todo balón que había por los aros, con seis rebotes, y una asistencia en su primera aparición.

En el tercer cuarto tuvo lugar su segunda y última presencia en el 'All Star'. Gasol prosiguió con ese imán en las manos para capturar rebotes. Tan sólo le quedaba buscar su canasta pero sus dos intentos, apurado por el final del reloj de 24 segundos, no fueron la mejor opción y le costaron dos tapones de Ben Wallace.

Fue una buena tarjeta de presentación para un jugador que seguro, a sus 25 años, que repetirá en años venideros en la que pasa por ser la gran fiesta anual de la mejor liga del mundo, donde se ha instalado ya entre los mejores por méritos propios.

El Oeste, mientras, salió decidido a por el encuentro. La igualdad se mantuvo en el primer cuarto (28-28), pero había dos cosas claras: los anfitriones querían resarcirse de su derrota el año pasado en Denver y buscaban el MVP del choque para la estrella local, Tracy McGrady, así al menos lo había dejado claro antes del partido el máximo artillero de la NBA, Kobe Bryant.

REMONTADA DEL ESTE

'T-Mac' no quiso decepcionar a tal honor y puso todo lo posible de su parte. Con 17 puntos en la primera mitad estaba claro que la cosa se le ponía muy fácil, al igual que el triunfo al Oeste (70-53), donde sus estrellas tenían más luz ante unas del Este algo apagadas.

Tras la reanudación McGrady parecía seguir igual de 'enchufado' que en la primera parte. Cuatro puntos suyos de salida dispararon a su equipo por encima de la barrera de los veinte tantos (74-53), pero le iba salir una dura competencia en el bloque del Este, LeBron James.

La estrella de los Cavs de Cleveland es de esas jóvenes figuras que sin haber pasado por la universidad han llegado a la NBA pisando fuerte y con un hambre insaciable. Posiblemente él sea de todas ellas quien más cerca esté de poder tomar en un futuro no muy lejano ese trono vacante dejado en la liga desde la marcha de Michael Jordan.

La cabezonería de James, respaldado eso sí por un Chauncey Billups que dejó claro porque es posiblemente el mejor base de la NBA en la actualidad, por cambiar lo que era una fiesta privada de McGrady, unido a los fallos del Oeste, permitieron que hubiera remontada y partido.

El Este logró en los primeros compases del último acto algo que parecía impensable, ponerse por delante en el marcador (99-97). Se llegó así a un final apretado en el que una canasta de Wade daba la delantera a su equipo (120-118) con 16 segundos por jugar. En la última jugada McGrady (36 puntos) buscó la gloria con un triple, pero no pudo ser y el triunfo fue a parar por segundo año consecutivo al Este.

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