El Magdeburgo acaba en los penaltis con el sueño del Barça en la Champions de balonmano

El esloveno Domen Makuc, durante un partido del Barça.
El esloveno Domen Makuc, durante un partido del Barça. - BARÇA
Actualizado: martes, 20 junio 2023 12:14

   Los culés caen por 38-38 (2-1 en la tanda) y buscarán el bronce en el Lanxess Arena frente al PSG

   MADRID, 17 (EUROPA PRESS)

   El Barça cayó este sábado por 2-1 en la tanda de penaltis contra el SC Magdeburgo en las semifinales de la Liga de Campeones de balonmano, después de una prórroga que acabó 38-38 y quedándose así fuera de la gran final por el título, merced a un tenso partido celebrado en el Lanxess Arena de Colonia (Alemania).

   A esta nueva Final Four por el máximo entorchado continental, jugada en su pabellón fetiche, los culés se presentaban con la vitola de favorito. No en vano, los pupilos de Carlos Ortega defendían título y estaban en camino hacia su tercera corona europea seguida, que en caso de lograrla supondría la duodécima en su palmarés.

   Un currículum más que lustroso, pero que no amedrentó a un Magdeburgo debutante en estas lides. Mientras los blaugranas disputaban su cuarta Final Four consecutiva, al conjunto entrenado por Bennet Wiegert apenas se le notó que vivía su primera presencia en este definitivo torneo cuadrangular del Lanxess Arena.

   A lomos del lateral izquierdo danés Michael Damgaard, autor de seis goles en la primera mitad, el Magdeburgo jugó un encuentro de tú a tú al Barça. El central esloveno Domen Makuc, que alcanzó el descanso con cuatro tantos en su bagaje, fue la mejor baza azulgrana junto al también lateral izquierdo Timothey N'Guessan y el pivote Ludovic Fabregas.

   La igualdad dominante evitaba que ningún equipo se despegase en el marcador, aunque los de Ortega sí que gozaron de rentas mínimas hasta ponerse 15-18 antes del intermedio. El lateral derecho neerlandés Kay Smits anotó de penalti el 16-18 casi en el minuto 30, dando esperanzas a los suyos y tomando el relevo de Damgaard como faro ofensivo.

   Pese al empuje nada más regresar de los vestuarios, que le valió situarse más veces con +3 (17-20, 18-21), el Barça sufrió una 'caraja' y Smits lo aprovechó para marcar sin piedad. El Magdeburgo entonces se envalentonó, mejoró en defensa y culminó su remontada hasta establecer un 25-23 que alarmó al banquillo de Ortega.

   Para colmo, el guardameta Nikola Portner empezó a tener protagonismo. Su intimidación incluso provocó que Aleix Gómez fallase un lanzamiento de 7 metros que era vital. Al equipo catalán le faltaban ideas y fluidez en ataque. También se echaba algo de épica desde la portería, pues la frialdad de Emil Nielsen era tan efectiva como algo anodina.

   La habitual garra de Gonzalo Pérez de Vargas se erigió en pieza clave si el Barça pretendía mitigar el incendio. Y bien que lo hizo, tras una parada suya, con un gol del propio Aleix Gómez para empatar (25-25) mediado el segundo tiempo. Desde ese momento, los de Wiegert aguantaban los arreones rivales mientras marcaban siempre como respuesta.

   El equipo barcelonés no volvió a ponerse arriba hasta el 29-30, pero con ataque favorable a su adversario. Merced a una penetración en la frontal del área, Gisli Kristjansson chocó con Thiagus Petrus y al caer se le salió el hombro derecho. Quedaban cuatro minutos para acabar, así que fue un respiro la pausa que hubo mientras atendían a Kristjansson.

   Los médicos se lo llevaron al vestuario, con el brazo en cabestrillo, y el desenlace sonrió provisionalmente al Magdeburgo. Los nervios habían atenazado a ambos contendientes, el Barça no supo cómo conservar su ventaja y los alemanes anotaron el 31-31 por mediación de omnipresente Smits en la última jugada. La prórroga estaba, así, servida.

DAMGAARD ASEGURA LA PRÓRROGA CON UNA ESTIRADA

   Pudo evitarla un tiro de Blaz Janc desde muy lejos, nada más sacar de centro. El portero estaba aún regresando a su zona, pues el Magdeburgo había atacado con un jugador más, pero Damgaard se estiró para interceptar el zurdazo de Janc. A pesar de que los árbitros revisaron la acción, decretaron que no había invasión de área y que todo era legal.

   En el tiempo suplementario, los de Wiegert llevaron la voz cantante, con diferencias a su favor limitadas en +2 (35-33, 36-34, 37-35). Sin embargo, flojearon en los instantes finales, con un tiro incluido en el último segundo de cronómetro. Lo paró Nielsen, esta vez sí exhibiendo pundonor en sus gestos, y el duelo se encaminó a la tanda de penaltis.

   En esa tesitura, los culés solo anotaron su primer disparo por obra de Aleix Gómez; a continuación, fallaron Hampus Wanne, Melvyn Richardson y Dika Mem. Por parte alemana, los errores de Daniel Pettersson y de Magnus Saugstrup no impidieron su alegría tras el fallo decisivo de Ludovic Fabregas, cuyo tiro repelió Mike Jensen.

   25 partidos encadenaba sin perder en Europa el equipo entrenado por Ortega, pero truncó esa racha su particular bestia negra. En los duelos precedentes entre ambos clubes, el Magdeburgo ya superó al Barça los dos últimos cursos en sendas ediciones de la Super Globe. Y ahora, por tercera ocasión seguida, la balanza se decantó para el bando germano.

   La segunda semifinal no se quedó corta de emoción, otro choque con final incierto que sonrió al Kielce de Talant Dujshebaev, sus hijos Dani y Álex y el también español Miguel Sánchez-Migallón. El equipo polaco se impuso (24-25) al PSG en un choque siempre igualado que decantó Andreas Wolff bajo palos con dos paradas decisivas.

   El meta alemán no tuvo uno de sus días pletóricos, pero dejó dos intervenciones de mérito en los últimos compases, a Luc Steins y Elohim Prandi, que impidieron al PSG responder en ataque en el cuentagotas ofensivo con el que se decidió el segundo billete a la final. Álex Dujshebaev fue también clave con seis goles.

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