BILBAO, 3 Mar. (EUROPA PRESS) -
El Athletic Club sueña con recuperar su pasado copero y acceder a una final de la Copa del Rey 24 años después, aunque para ello deberá remontar mañana en San Mamés (20.00 horas/laSexta) el 2-1 adverso que se trajo de la ida ante un Sevilla curtido en estas lides, para lo que apelará al factor campo y al apoyo incondicional de una afición que abarrotará 'La Catedral'.
Desde aquella final disputada ante el Atlético de Madrid, que con un 2-1 echó por tierra las ilusiones bilbaínas de alzar por segundo año consecutivo el preciado trofeo, el Athletic sólo ha podido rozar en dos ocasiones la final de Copa: en las semifinales que le enfrentaron, al Real Madrid en la campaña 2001/2002 con Jupp Heynckes , y al Betis en la 2004/2005 con Ernesto Valverde y especialmente dolorosa porque los 'leones' cayeron en San Mamés en la tanda de penaltis.
Además, lo mismo le ha ocurrido al técnico del equipo bilbaíno, Joaquín Caparrós, que hasta en tres ocasiones se ha quedado a las puertas de acceder a una final, dirigiendo al Sevilla y, por dos veces, con el Deportivo.
Un lustro sin poder saborear las mieles de un entorchado copero es mucho para un club que ha ostentado el título de 'rey de Copas' durante muchos años y que no pasea la gabarra por la ría desde 1984. De conquistar el título el próximo 13 de mayo, el Athletic recuperaría su cetro, igualando al FC Barcelona con 24 títulos.
Pero antes, los de Caparrós tendrán que poner toda 'la carne en el asador' para superar ante el Sevilla una eliminatoria con la que parten con desventaja en el marcador. La plantilla rojiblanca, consciente de que sus señas de identidad van ligadas a la Copa, se ha conjurado para suplir con dosis extras de motivación el ligero favoritismo con el que acude el conjunto hispalense.
Poco o nada se va parecer el encuentro de mañana al choque de Liga que disputaron ambos equipos el pasado sábado en el mismo escenario en Liga y que finalizó con victoria sevillista por 1-2. Aquel partido se presumía como un ensayo general del choque de mañana, pero Caparrós lo planteó casi como un entrenamiento de un equipo plagado de suplentes.
Los Iraizoz, Ocio, Iraola, Javi Martínez, Orbaiz, David López, Yeste, Llorente, los que se jugarán mañana el todo o nada, 'velaron armas', dispuestos a escribir de nuevo una página dorada de la historia de este club centenario. Junto a ellos, 40.000 gargantas en San Mamés, y muchas miles más en toda Vizcaya, empujarán a su equipo hacia la final.
EL SEVILLA, A POR UNA NUEVA FINAL.
Por su parte, el Sevilla acude a esta cita con toda su 'artillería' disponible, después de recuperar a Luis Fabiano, quien, pese a que el técnico Manolo Jiménez no ha dado pistas sobre su posible titularidad --parece que empezará en el banquillo--, quiere volver a demostrar su ya comprobada eficacia en los partidos decisivos.
A ello se unirá la presencia de Kanouté, que tiene en el Athletic a una de sus víctimas favoritas, ya que le ha marcado seis goles con la camiseta sevillista, dos de ellos, los que supusieron el triunfo liguero (1-2) del pasado sábado.
El otro nombre propio a tener en cuenta es el de Federico Fazio. El espigado jugador argentino se perfila como el 'anti-Llorente' y saldría de inicio en el eje de la zaga. De hecho, Jiménez, ha citado a 18 hombres, por lo que dos de ellos tendrán que ser descartados antes del encuentro.
Los sevillistas saben que tienen al alcance de la mano la posibilidad de pelear por un título que consiguieron, por última vez, hace tan sólo dos años, y llegan al partido de mañana con el gol de ventaja que tiene de la ida, además de haber demostrado su superioridad sobre los vascos (4-0 y ese 1-2 antes referido) en los dos partidos de Liga de la presente campaña.
Si a ello se le suma la racha de tres triunfos consecutivos que acumulan en la competición liguera, en la que son ya el equipo menos goleado, se comprende el optimismo y la condición de favorito con el que viaja hacia el 'Botxo' un Sevilla que parece estar en el mejor momento de toda la temporada.
Por eso mismo, desde el plantel blanquirrojo no han cesado de lanzarse mensajes de confianza en los últimos días, a pesar del ambiente infernal que saben que les deparará la afición vizcaína.
