BARCELONA, 21 Abr. (EUROPA PRESS) -
El FC Barcelona afronta su primera oportunidad de adjudicarse de forma matemática el segundo título de Liga consecutivo este domingo en el partido ante el Sevilla en el estadio Sánchez Pizjuán, escenario hace 20 años de la que sin duda es una de las noches más 'negras' de la historia del barcelonismo.
El 7 de mayo de 1986, el Steaua de Bucarest derrotaba al Barcelona en la tanda de penaltis en el campo del Sevilla y lo apartaba del éxito de la que habría sido su primera Copa de Europa, que ya se veía camino de Barcelona. Hubo que esperar hasta el año 1992 para conseguir la primera corona europea.
De alguna manera, entienden algunos barcelonistas, Sevilla está en deuda con el Barcelona por aquella final, posiblemente uno de los episodios más dolorosos de su historia. Era una final soñada, con un estadio repleto de barcelonistas y ante un rival rumano formado por jugadores entonces desconocidos.
Sin embargo, el Barça que dirigía el inglés Terry Venables no pudo con el Steaua, que aguantó el 0-0 hasta llegar a una tanda de penaltis en que el portero Duckadam, héroe de su equipo, detuvo los cuatro lanzamientos de los barcelonistas. El malogrado Urruti salvó dos de cuatro, pero no fue suficiente.
Era la segunda final de la Copa de Europa del Barcelona, que agrandaba de esa manera su deuda histórica en la máxima competición europea, en la que había perdido también de forma dolorosa su primera final, ante el Benfica, en 1961, en la final de los palos cuadrados, que repelieron cuatro balones del Barça.
La final de Sevilla quedó grabada en la memoria del barcelonismo, que este domingo vuelve al escenario de aquella jornada con la posibilidad de hacerse con la segunda Liga consecutiva en un momento en que, además, está a un paso de retornar a una final para luchar por su segunda corona europea.
20 años después, Barcelona y Steaua han vuelto a cruzarse con la ciudad de Sevilla. El equipo rumano se encontró con el Betis en los octavos de final de la Copa de la UEFA, lo cual aprovecharon para visitar el Sánchez Pizjuán algunos de los 'héroes' de la final del 86, como el actual presidente del club, Marius Lacatus.
También acudieron Barbulescu, Bumbescu, Radu o Duckadam como representantes de aquel equipo que también contaba con Belodedici, Balint o Piturca. Este año, el Steaua, tras eliminar al Betis, ha llegado a las semifinales de la UEFA, donde se mide al Middlesbrough, y podría jugar la final con el Sevilla.
El Barcelona, por su parte, visita este domingo al Sevilla en su primera ocasión de alzarse con la Liga. Debe ganar y que el Valencia no gane en San Mamés al Athletic de Bilbao, lo cual no se presume nada fácil, más si cabe teniendo en cuenta en lo primero que tiene también la mente en la cita con el AC Milan.
El equipo barcelonista afronta el partido en el Sánchez Pizjuán en medio de la eliminatoria ante el Milan, igual que el Sevilla con el Schalke 04. Todo indica que Frank Rijkaard volverá a dar descanso a algunos titulares habituales para encarar el segundo choque, ante el que parte con el 0-1 favorable de San Siro.
