Carolina Marín y su entrenador, Fernando Rivas, en un Santander Talks en la sede del banco en Madrid - BANCO SANTANDER
MADRID, 2 Sep. (EUROPA PRESS) -
El entrenador de la campeona olímpica de bádminton Carolina Marín, Fernando Rivas, destacó que la "mentalidad ganadora" de la jugadora onubense ha sido clave para recuperarse del trauma de la grave lesión de rodilla de finales de este enero y aseguró que la articulación "está muy bien" para afrontar la clasificación para los Juegos de Tokyo 2020.
"Carolina tiene una mentalidad que ayuda. El trauma de la superación de la lesión ha sido muy bueno porque tiene una mentalidad ganadora", dijo el técnico de la triple campeona del mundo y tetracampeona de Europa en el Santander Talks celebrado este lunes en la sede central de Banco Santander en Madrid, y con la presencia de la propia Carolina Marín y del Director de Patrocinios, Eventos y Redes Sociales de la entidad financiera, Felipe Martín. .
Fernando Rivas espera a ver esta semana la evolución de su pupila, aunque es optimista respecto a su reaparición la próxima semana en el torneo de Vietnam. "La rodilla está muy bien, en eso quedaros tranquilos porque tiene mucha estabilidad. La potencia del cuádriceps y del isquio derecho no es la que tenía antes en el último test de noviembre, pero está muy muy cerca. Llevamos dos semanas entrenando con normalidad, pero veremos si, por apretar, no aparecen otras molestias. Esa es la única preocupación. Vamos a hacer pruebas para poner las piezas del puzzle juntas. Por el momento, vamos a Vietnam", explicó.
Junto a la psicóloga, María, Fernando Rivas ha trabajado en la misma esquina del campo en la que se lesionó. "Si fuera entrenador de una rival lo primero que haría es que le echaran el volante a esa zona de rectificado. Ya se ha familiarizado y en la última semana hemos hecho partidos cortos y no hay ningún miedo. La intensidad a la que llega, los frenazos y el rectificado me hacen indicar que miedo no hay", recalcó.
El parón en los entrenamientos ha provocado que, a partir de ahora, se vea a una Carolina Marín "distinta", con matices, aunque con la misma vocación ofensiva. "Va a haber cosas diferentes, pero Carolina tiene una manera de jugar y es predominante. Está en condiciones de jugar a alta intensidad. Lo que hemos cambiado es la velocidad de salida del volante para que dé la vuelta más rápido y arañar unas décimas de segundo a las rivales", desveló.
Pese a la dificultad de la clasificación olímpica, a Fernando Rivas no le preocupan por ahora sumar puntos sino jugar el mayor número de partidos para alcanzar el 'rodaje' necesario. "Necesitamos esa adaptación, que va a ser más rápida de lo que se espera por su carácter y forma de ser", vaticinó.
"LAS MEDALLAS SE GANAN EN LOS ENTRENAMIENTOS"
Para él, ganar o perder siempre es una "consecuencia". "Las medallas se las gana en el entrenamiento, luego hay que estar mejor que las contrarias. Ahora va a perder, pero es que en el camino de ganar hay que perder. Antes de ser campeona olímpica y del mundo perdimos muchas veces", expuso.
Conseguir los puntos para Tokyo 2020 debe ser "una obsesión", pero que hay que "gestionar bien". "Si no consigues puntos, no vas a los Juegos, y si no consigues un determinado número, no vas de cabeza de serie. Hay que desdramatizarlo, eso marca la diferencia entre una persona normal y un deportista de élite", comparó.
En el pasado Mundial, al preparador de Marín le ha sorprendido que las japonesas "no estén tan fuertes" con Tokyo 2020 a la vuelta de la esquina, y que China "no esté a la altura del oro". "Nosotros no copiamos a las chinas, es al revés. China es buena en imitar, y tienen a un entrenador español, pero luego sus cosas se 'rompen'", equiparó.
Curioso y en búsqueda de nuevos métodos que aplicar al bádminton, Rivas confiesa haber aplicado detalles de homólogos como el ex seleccionador nacional de voleibol Aurelio Ureña y del francés Fred Vergnoux, a la sombra de los éxitos de la nadadora Mireia Belmonte. Todo para repetir el éxito dorado en Tokyo.
"El oro es un objetivo y, cuando tenemos un objetivo, es una convicción. La que tiene que estar convencida es Carolina, la que tiene que entender que no tenemos margen de error es ella. Es una convicción, entendiendo las dificultades", concluyó el arquitecto de los éxitos de Marín, a la que ya le auguró un futuro prometedor con 15 años.