Katie Ledecky, el nombre propio del Mundial de Natación de Kazan 2015

MADRID, 6 DE AGOSTO (EDIZIONES)

   Ya ha entrado en la historia de la natación. Con tan sólo 18 años, esta mujer americana se ha colgado el oro en tres competiciones, las de 200, 400 y 1500m libres. Esta última batiendo el récord mundial dos veces, dejándolo en un estratosférico 15:25:48. Se convierte así en la primera mujer de la historia de la natación que gana en estas tres distancias en un mundial. Impresionante. Además de ganar medallas y batir récords, ha hecho auténticas proezas en el agua. Por ejemplo la que hizo tras nadar la final de 1500. Después de reventar el crono en esta distancia y del esfuerzo tan grande que hizo, se fue directa, sin tiempo para celebrar su triunfo, a la piscina de calentamiento para preparar la semifinal del 200, que se nadaba menos de 15 minutos después del 1500. Una hazaña sólo al alcance de esta americana, que parece que su hábitat natural es el agua. Como los peces.

   Nació en Washington D.C. El 17 de marzo de 1997, aunque reside en Bethesda, Marylando. Fue la nadadora americana más joven en competir en unos juegos olímpicos, en los de Londres 2012, con 15 años nada más. Sorprendió a todos adjudicándose el oro en 800 libres, haciendo además la segunda mejor marca de todos los tiempos, sólo por detrás del récord del mundo, del que quedó a apenas 5 décimas de segundo. Al año siguiente, en los mundiales de Barcelona de 2013, acabó de explotar y convertirse en una nadadora de referencia mundial. Salió de la Ciudad Condal con 4 medallas de oro en las distancias de 400, 800, 1500 y 4X200 metros libre, batiendo el récord del mundo en dos de ellas, en 800 y 1500. Una auténtica barbaridad.

   En los mundiales de 2015 está volviendo a reventar carreras y cronos. No hay quien pueda con ella. La final de 1500 casi sacó una piscina de ventaja a la segunda clasificada, en el 200 se impuso a la invencible e incombustible Federica Pellegrini, quien posee el récord de esta disciplina, y en el 400 no tuvo rival. Es, sin duda, la mejor de las mejores. No es la que más centímetros tiene. Tampoco es la más fuerte. Ni tiene una técnica especial o innovadora en las brazadas o en los giros. No se entrena más que las demás. Eso sí, su entrenamiento es especialmente afinado para ella. Todo lo lleva al detalle. Además de tener el gen de la competición grabado a fuego en su ADN, tiene una piel especial que le aporta una mayor flotabilidad que al resto de los mortales. Es genético. Y lo aprovecha al máximo. Y la combinación de todas estas cosas hacen de ella una ganadora sin par.

   Es sin duda el nombre propio de estos campeonatos mundiales de Kazan. No existe nadie como ella, y su carrera deportiva tan sólo acaba de empezar. El futuro del agua está en Estados Unidos, con Ledecky como estilete y bandera. Si le respetan las lesiones, Katie escribirá su nombre con letras de oro en la historia de la natación. Es, ciertamente, una mujer extraordinaria.