Mireia Belmonte: "No me pongo límites"

Mireia Belmonte celebrando su segunda medalla de plata
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Actualizado: sábado, 4 agosto 2012 0:25

La primera nadadora con dos medallas olímpicas espera que éste sea el inicio de la 'gran Mireia' a un año del Mundial de Barcelona


LONDRES, 3 Ago. (del enviado especial de EUROPA PRESS, Gaspar Díez) -

La nadadora Mireia Belmonte, la primera española en ganar dos medallas en unos Juegos Olímpicos, no se pone límites después de ganar su segunda plata en Londres 2012, en los 800 libres, su disciplina preferida, y confía en que éste sea el inicio de la 'gran Mireia' un año antes de que se disputen en su Barcelona natal el Campeonato del Mundo de natación.

A Mireia Belmonte le temblaban las piernas, escondidas tras una toalla poco después de proclamarse por segunda vez en tan sólo dos días subcampeona olímpica, superada únicaente por la estadunidense Katie Ledecky, que nadó gran parte de la prueba por debajo del récord del mundo de la británica Rebecca Adlingon, bronce hoy.

"¿Flotando? No sé ni cómo me siento. No sé si he hecho la carrera más inteligente de mi carrera. Desde dentro no se veía muy bien, tengo que ver las imágenes, pero sí me he visto bien. En los primeros 400 no iba fácil, pero sí con reserva y he dicho 'ésta es la mía y tengo que ir fuerte'. He intentado no ponerme tensa, relajarme un poco y no subir mucho la frecuencia, coger mucha agua y encontrarme bien", explicó.

Belmonte tenía en su cabeza una táctica, salir con la británica y la estadounidense, y que no se les fuera demasiado, no más de medio cuerpo, porque si no era muy difícil remontarles. "A medida que iba adelantando a Lotte Friis, a Adlington, me decía 'qué me está pasando, que esto no me estaba pasando a mi, que yo me encuentro muy bien o las otras muy mal", comentó.

Incluso, la nadadora del Club Natación Sabadell llegó a pensar en el oro, pero la americana Ledecky, que marcó un ritmo infernal desde que se lanzó al agua, estaba muy lejos. "Los últimos cien las piernas no las notaba, tenía muchas ganas de vomitar y quería que, por favor, acabar, no podía más", dijo como si estuviera reviviendo la angustia de ese momento.

Para la ya subcampeona olímpica de 800 las horas previas no han sido fáciles. Ayer jueves estuvo tres horas mirando al techo, sin dormir, hasta las 2 e la madrugada. Este viernes ha sido más normal, pero difícil, aunque con la confianza que le dio la plata en los 200 mariposa. "Andaba muy confiada porque la medalla de plata de hace dos días se notaba mucho a la hora de nadar. Esta noche a ver si puedo dormir. Ahora toca celebrarlo porque no he salido de la Villa", confesó Mireia, enclaustrada en la Ciudad de los Deportistas, de la habitación al autobús y a entrenar, un camino de ida y vuelta diario.

"ME GUSTARÍA ESTAR MÁS CONTENTA"

Admitió que después de ganar la medalla se siente extraña, que no le sale la sonrisa. "No puedo llorar. Me gustaría estar más contenta, no sé. Es que no estoy acostumbrada a esto. Esperemos que éste sea el inicio de la gran Mireia y que el año que viene en Barcelona 2013 haga un buen papel en mi casa. ¿Límites? No hay que ponerse límites, hay que disfrutar de lo que haces y trabajar duro. Ahora queda ganar el oro, pero para eso aún falta mucho", dijo.

Estas dos medallas espera que sirvan para impulsar a su deporte entre los aficionados y la base que empuja desde abajo. "Confío en que que todo el mundo siga mis pasos. Es una medalla más para la natación y espero que haya más porque aún queda mucha gente por competir", apuntó la pupila de Frederic Vergnoux, aún no consciente de la gesta que acababa de escribir. "¿Es usted consciente de que ha hecho historia al ser la única que ha ganado dos medallas en unos Juegos?", le preguntó un periodista. "No, ahora no", respondió sincera.