El verano de ensueño de Nadal en 2013

MADRID, 12 DE AGOSTO (EDIZIONES)

   El tenista más laureado de la historia del tenis español, Rafa Nadal, va a hacer las Américas con la ilusión de repetir los triunfos que consiguió en 2013. Esta temporada no está siendo la mejor del manacorí, pero llega con confianza y buenas sensaciones tras imponerse en el torneo de Hamburgo. Eso sí, fue en tierra batida, su superficie favorita. Pero Nadal es un ganador sea la pista que sea, dura, césped o tierra batida. Como si juega sobre el agua. Es un campeón y lo ha demostrado muchas veces y en todas las superficies.

   Además de tener buenas sensaciones, el de Manacor tiene una motivación extra. El pasado año 2014, una lesión en la muñeca le impidió jugar los torneos americanos de Canadá, Cincinnati y el US Open. Tenía que defender muchos puntos, pero no pudo apurar siquiera para el US Open, el último Grand Slam del año. Así que este año seguro que saldrá a por todas y dispuesto a dejar atrás los malos resultados de los últimos tiempos.

   Durante estos días se está jugando el torneo Masters 1000 de Montreal, Canadá. Rafa debuta contra Stakhovsky, al que debería imponerse con más o menos facilidad. Seguro que sale con agresividad a por el rival, a por el partido y a por el torneo. Como hizo ya en 2013. El manacorí llegó a la final y se enfrentó al canadiense Milos Raonic, un jugador de gran estatura y potentísimo servicio, muy difícil de ganar. A pesar de todo, y de que su rival jugaba en casa, Rafa se impuso por un doble 6-2 y levantó la copa.

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   Tras el triunfo en Canadá bajó hasta Estados Unidos, a Cincinnati, para jugar el Masters 1000 que ahí se celebra. Nadal supo mantener la agresividad, concentración y buen juego que mostró unos días antes en Montreal. Jugando así, practicando el tenis que él sabe, llegó a la final del torneo frente a otro sacador potentísimo, el americano Isner. Otra torre de gran altura, sacador potentísimo y difícil de rebasar en la red. Y otra vez, se enfrentaba a un rival que jugaba en casa. No importó. El balear sacó lo mejor de sí para ganar y se impuso por un doble y agónico 7-6. Sufrió, pero ganó.

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   Para rematar la gira y ponerle la guinda al pastel Rafa llegó a Nueva York dispuesto a hacerse con el US Open. Llevaba dos de dos, y se enfocó en hacer tres de tres. Además, acabar la gira ganando otro Grand Slam es lo perfecto. Y así fue. Desplegó un tenis fantástico. Se le veía centrado desde el comienzo en todos los partidos, y mostraba una confianza en su juego que hasta al espectador se le contagiaba. Si le veías jugar, sabías que iba a ganar. Transmitía una seguridad que todo el mundo era capaz de reconocer. Por eso llegó hasta la final. Frente a un gigante del tenis. Uno de los grandes de verdad. Novak Djokovic. A pesar de la enorme calidad del serbio, Rafa se impuso por 6-2, 3-6, 6-4 y 6-1. Nole no pudo con él. Cuando Nadal está de dulce no hay quien le gane.

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   Esperemos que este año la gira americana sea igual de provechosa como lo fue en 2013. Con total seguridad Rafa Nadal dará todo lo que tenga. Como siempre. Gane o pierda siempre se entrega al máximo. Y lo excelente es cuando das todo lo que tienes y no te guardas nada. Haciendo eso, las victorias llegarán.