MELBOURNE, 23 Ene. (EUROPA PRESS) -
El suizo Roger Federer sufrió como nunca para seguir adelante en su objetivo de levantar un séptimo 'grande' ante el alemán Tommy Haas, que vendió muy cara su derrota en los octavos de final del Open de Australia, primer Grand Slam de la temporada, y llevó el encuentro hasta las casi tres horas y los cinco sets (6-4, 6-0, 3-6, 4-6 y 6-2).
Encontró, eso sí, una resistencia más que inesperada el de Basilea, que vio como un partido que iba en cuesta abajo para él en los dos primeros sets se ponía empinado a partir del tercero, especialmente con sus problemas con el saque y los errores no forzados. Haas que había sido capaz ya de ganarle, algo bastante inusual en el circuito, en un encuentro de exhibición en el Kooyong Classic hace apenas dos semanas, le hizo sufrir como pocas veces.
Federer fue una máquina de hacer tenis en algunos momentos, rozando por momentos lo sublime como en la segunda manga (6-0), en los inicios, pero también enseñó algunas debilidades inusuales en él, especialmente a partir del tercer set, ante un Haas que en este arranque de 2006 había dado muestras de poder volver a ser el tenista 'top-ten' (hasta el número 2) de hace años y al que las lesiones tiraron por la borda un un gran futuro y hoy, a pesar de la derrota, lo dejó claro.
Lo que parecía un paseo en los dos primeros sets, que cayeron de su lado en poco más de una hora, pasó a convertirse para el suizo en un potro de tortura para él ante un Haas que sacó a relucir su mejor juego de antaño.
Federer comenzó a acumular errores no forzados, unido a que no era capaz de poner en marcha el juego con su primer servicio con tanta facilidad como quería, y por ese resquicio se coló el germano para hacer perder al número uno su primera manga (6-3) en Australia y aspirar a plantear batalla.
Tommy Haas, haciendo gala de una gran fortaleza física y mental, pasó a ser amo y señor en la pista y cuando Federer, algo descentrado ante lo que veía venirse para él, era capaz de conectar sus mejores golpes se topaba con una respuesta aún mejor del germano.
En medio de este desconcierto en que se vio inmerso el suizo, Haas aprovechó para cazar el servicio de su rival por segunda vez (2-1) y comenzar a soñar con un triunfo ante el número uno a cinco sets, como ya hizo en 2002 en los dieciseisavos de Australia, aunque en aquellos tiempos Federer era mucho menos Federer.
Sin embargo, en situación límite, el de Basilea sacó lo mejor de sí. Primero avisó con dos puntos de 'break' que Haas logró salvar en el cuarto juego (2-2). El suizo no perdonó en su siguiente oportunidad, con una bola fuera que el germano protesto mucho consciente de que en ella iba algo más que un punto, para ponerse 4-2.
Federer no quiso esperar más y, tras ganar su servicio, rompió nuevamente el de Haas para confirmar su presencia en cuartos y con un grito y el puño al alto soltaba toda la presión acumulada en las dos horas y 58 minutos de sufrimiento para él.
DAVYDENKO PROXIMO RIVAL.
El suizo se enfrentará en la antepenúltima ronda al ruso Nikolay Davydenko (N.5) que puso fin a la racha de victorias del eslovaco Domink Hrbaty al derrotarle en cinco mangas (4-6, 4-6, 6-4, 6-2, 6-3) en un duelo que se prolongó durante tres horas y media.
A Hrbaty terminaron por pasarle factura las casi diez horas y media con que se había gastado para dejar en el camino a Oliver Marach, Dick Norman e Igor Andreev, todos ellos en cinco mangas, para llegar a esta etapa del torneo.
Y eso que al eslovaco pareció ponérsele todo de cara para convertirse en el primer tenista en la era Open en lograr cuatro triunfos consecutivos en un 'grande' ganando en cinco sets, tan sólo lo consiguió Goran Ivanisevic pero en los Juegos de Barcelona'92, tras apuntarse las dos primeras mangas.
Sin embargo Davydenko supo reaccionar y dar la vuelta a un encuentro que estaba muy cuesta arriba para él y se metió, por segundo año consecutivo, en los cuartos de final en Melbourne.
GROSJEAN GANA EL DUELO GALO.
También se ganó el billete para los cuartos de final el veterano francés Sebastien Grosjean (N.25), que venció en el duelo fratricida al joven Paul-Henri Mathieu, en tres sets (7-5, 6-2 y 6-2).
Después de ver como en dos ocasiones, en 2001 Arnaud Clément y el año pasado por Jean-René Lisnard, le cortaban el paso en Melbourne, el marsellés en esta ocasión se sacó la espina en poco más de dos horas.
Grosjean se mostró intratable con su servicio e impuso su tenis desde el fondo de la pista para llevar el peso del encuentro ante un Mathieu que, en su segunda presencia en los octavos de final de un Grand Slam, pecó de falta de experiencia.
El francés tratará de buscar repetir sus semifinales de 2001 en Melbourne ante el alemán Nicolás Kiefer (N.21), que acabó con las esperanzas del argentino Juan Ignacio Chela en tres mangas (7-6 (4), 6-3 y 6-3) y sumó su triunfo número 300 en el circuito, el 50 en un Grand Slam.
Kiefer, verdugo del español Juan Carlos Ferrero en la ronda anterior, volvió a hacer gala de un sólido tenis para despedir a Chela, que se marcha de tierras 'aussies' al menos con el buen sabor de boca de su triunfo en segunda ronda ante el favorito local, Lleyton Hewitt.
MAURESMO, HINGIS, CLIJSTERS Y SCHNYDER CUMPLEN.
En el cuadro femenino, la francesa Amelie Mauresmo (N.3), la belga Kim Clijsters (N.2) y las suizas Patty Schnyder (N.7) y Martina Hingis, que sigue firme en su regreso a la competición, confirmaron su condición de favoritas para meterse en los cuartos de final.
Hingis, presente por una invitación, prosiguió con su idilio en su retorno a las pistas, y dejó a los 'aussies' sin representantes en su gran torneo, en los cuadros individuales, al superar a Samantha Stosur por 6-1 y 7-6 (8).
La ex número uno del mundo, que decidió volver al circuito este año después de retirarse en 2002 debido a los problemas físicos en un tobillo y en el pie, controló en todo momento el choque ante una Stosur que se defendió con garra, animada por la grada, levantando hasta cuatro bolas de partido para entregarse en el 'tie-break' de la segunda manga.
Hingis, ganadora en Australia en 1997, 98 y 99 y que no ha perdido aún un set, se medirá en la siguiente ronda a la belga Kim Clijsters (N.2) que a pesar de sus problemas en la cadera y pierna continua adelante, al vencer a la italiana Francesca Schiavone, verdugo de la española Maria Antonia Sánchez Lorenzo, por 7-6 (5) y 6-4.
Amelie Mauresmo, avanzó con facilidad al sólo cometer dos errores no forzados para imponerse por 6-1, 6-1, a la checa Nicole Vaidisova, que encontró un 'hueso' imposible para ella a sus 16 años.
En los cuartos de final, Mauresmo se enfrentará a la suiza Patty Schnyder, que venció a la campeona de Roland Garros en 2004, la rusa Anastasia Myskina por 6-2, 6-1, en un partido que duró apenas 55 minutos.
Myskina logro sacudirse un punto para partido con un revés ganador en el penúltimo juego, pero no encontró argumentos y cometió 32 errores no forzados contra 13 de Schnyder, para terminar sucumbiendo.
RUANO Y SUAREZ, A CUARTOS EN DOBLES.
Donde sigue habiendo representación española es en el dobles femeninos, con Virginia Ruano y la argentina Paola Suárez, cuartas cabezas de serie, clasificándose para los cuartos de final tras derrotar por incomparecencia al dúo formado por la rusa Svetlana Kuznetsova y la francesa Amelie Mauresmo.
Ruano y Suárez se enfrentarán en los cuartos a las chinas Jie Zheng y Li Yan, que se impusieron por 6-1 y 6-2 a Elena Dementieva y Flavia Penetta.
Con este son nueve los partidos consecutivos que llevan ganados la pareja hispano-argentina en el Open de Australia, ya que el año pasado la madrileña disputó el torneo en compañía de Conchita Martínez por lesión de Suárez.
