PARIS, 9 Jun. (EUROPA PRESS) -
París vivirá el próximo domingo la final por la que todos apostaban antes del inicio del torneo la que medirá a Rafael Nadal y Roger Federer que en semifinales cumplieron con los pronósticos después de sus victorias ante Ivan Ljubicic y David Nalbandián, respectivamente. Una final histórica en la que se encontrarán los dos primeros jugadores del mundo algo que no sucedía en Roland Garros desde 1985 cuando se encontraron el la lucha por el título Mats Wilander e Ivan Lendl. Será la oportunidad de Roger Federer para conquistar el único torneo que, hasta el momento, se le ha resiste, Roland Garros. Para ello tendrá que superar viejos fantasmas, a su 'bestia negra' en el circuito, el manacorí Rafael Nadal.
Federer, que hace gala de una hegemonía casi insultante en el circuito desde que en febrero de 2004 se aupase al primer puesto del escalafón mundial, nunca ha conseguido derrotar al español sobre tierra batida.
El suizo se ha visto inmerso en la nómina de jugadores que no encuentran resquicio alguno en el tenis de un Nadal que suma 59 victorias consecutivas sobre la ocre arcilla. Algo que le acercó al desánimo. Antes de la cita de París advertía que el resto de los tenistas bien harían en centrarse en otros torneos mientras que Nadal mantuviese su nivel.
Aunque no es Federer un hombre acostumbrado a resignarse a su destino. Comenzó un arduo trabajo para mejorar sus prestaciones en la superficie lenta. También multiplicó sus entrenamientos con Tony Roche, su técnico y zurdo como Nadal, uno de los principales inconvenientes con los que se encuentra el helvético cuando se mide al mallorquín.
MONTECARLO Y ROMA, REFERENCIAS DE LA TEMPORADA.
Su trabajo se vio recompensando en Montecarlo y Roma, torneo en donde contó con dos bolas de campeonato, en donde alcanzó la final, pero en ambos casos le faltó subir el último peldaño, el de Rafael Nadal. Y es que Federer que creció tenísticamente bajo la admiración permanente a Pete Sampras siempre recordó que al estadounidense, después de conquistar 14 'Grand Slams', le faltó el reconocimiento de su victoria en París, y eso convirtió el torneo parisino "en una obsesión".
No ha defraudado Federer en su puesta a punto en el segundo 'Grand Slam' de la temporada. Jornada tras jornada afinaba su puesta a punto de cara a la presumible cita ante Nadal y que sólo se podía registrar en la final. Favorecido por un sorteo benigno, con pocos especialistas en su camino, llegó a una semifinal, primera gran reválida para evaluar su candidatura.
Enfrente estaba David Nalbandián, uno de los dos únicos que habían conseguido derrotar al suizo en el último año. El argentino lo hizo en la final del Masters Cup, en un partido que se decidió en la quinta manga y que enfatizó la rivalidad entre suizo y argentino.
No defraudó Nalbandián, al que se le resiste la victoria en un 'Grand Slam' a pesar de haber disputado las semifinales en todos ellos, en el inicio del choque. Haciendo caso omiso a los pronósticos golpeó en la mandíbula de Federer.
El sueño del suizo se tambaleaba por primera vez en París después de que Nalbandián se hiciese en un primer set ante un errático Federer que cometía 18 errores no forzados por los nueve de su rival. Zozobra en el tenis de Federer en un inicio de segundo set en donde sólo era capaz de anotarse dos puntos en los tres primeros juegos.
NALBANDIAN ABANDONA LESIONADO.
Fue entonces cuando "la suerte del campeón" sonrió a Federer. Nalbandián se resintió de unos problemas en los abdominales que arrastraba desde su encuentro ante Davydenko. Un dolor que le impedía servir con normalidad y que abrió las puertas a la reacción del 'rodillo' suizo.
Federer daba la vuelta al encuentro al conseguir los cinco siguientes juegos, mientras que las ilusiones de Nabaldián se disipaban. El tercer set, donde el argentino no conseguía seguir el ritmo del suizo, aventuraba que el partido se conducía hacia su final de forma prematuro y este llegó con el 5-2, cuando Nalbandián arrojaba la toalla.
NADAL MUY SUPERIOR A LJUBICIC.
El suizo daba el primer paso hacia la final más deseada, un encuentro que rubricó Nadal con su victoria. El manacorí también respondió a los pronósticos. Sumó su victoria número 59 de forma consecutiva sobre tierra batida, aunque Ljubicic, su rival hoy, había vaticinado que la derrota del español "estaba cercana".
El manacorí sumó su decimotercera victoria consecutiva en París y el próximo domingo confía en convertirse en el tercer español en conseguir su segundo título en Roland Garros después de Manolo Santana y Sergi Bruguera.
Nadal, el 'rey' de la tierra batida, fue muy superior a un Ljubicic que por primera vez alcanzaba las semifinales en un torneo de un 'Grand Slam' y que únicamente tuvo en su servicio, llegó a sacar hasta 226 kilómetros por hora, como principal argumento.
Escasa referencia ante el potencial del español. Tan sólo en el tercer tercer set Ljubicic contó con opciones de prolongar el partido. Forzó el 'tie-break', pero ahí volvió a imponerse la experiencia de Nadal.
Firmaba su presencia en una final vaticinada por todos antes el inicio del torneo "sería raro encontrar a un rival diferente a Nadal", confesaba Federer después de su partido ante Nalbandián, y que le medirá al número uno del mundo.
