MADRID, 26 jul. (EDIZIONES)
En Rusia, tener perro o gato como mascota no basta y algunas familias optan por animales más salvajes que exóticos para compartir su día a día, entre los que se encuentran osos, pumas o zorros, como es el caso.
Irina Shchekoldina, de 42 años, es de Kirishi (Rusia) y tiene un zorro de cuatro años como mascota llamado Yesenia.
Yesenia, como cualquier mascota, es uno más de la familia y, como tal, le gustaría poder sentarse a la mesa para degustar los platos que Irina sirve.
Un día cuando Irina preparó un cuenco de sopa para su hijo y lo puso en la mesa, Yesenia se acercó sigilosamente, empujó una silla e intentó alcanzar la comida.
Cuando Irina apartó el cuenco, el pequeño zorro se puso a gritar en señal de desaprobación a lo que Irina le respondió: "No puedes".