DESCONECTA, 10 Oct.
"La mayoría de currículos terminan en la basura. El mio, en su barriga". Así de sinceras y contundentes son las palabras con las que Lukas Yla, un joven lituano especialista en marketing, de 25 años, presenta su currículum a distintas empresas con el fin de conseguir trabajo. Lo que a priori puede resultar osado, termina con un regusto dulce, meloso, cautivador. Todo lo que una caja de Donuts puede endulzar y cautivar. Literalmente.
Lukas, como muchos jóvenes que se lanzan a la -aventura de la- búsqueda de trabajo tenía claro que su objetivo final sólo se podía lograr llamando la atención de la empresa y destacando entre los demás candidatos. Y más aún tratándose de un joven buscando suerte en otro país que no es el suyo. De Vilmius, Lituania, a San Francisco, nada más y nada menos.
"Estaba buscando la forma más directa para llegar a los que toman las decisiones en las empresas. Pensaba que si competía a nivel "currículum" solamente con otros candidatos que hubieran trabajado o tenido experiencia en San Francisco fallaría", dijo Lukas a Metro.
Como especialista en márketing que es, no se le ocurrió mejor idea para destacar que trabajando en una campaña publicitaria para hacerse ver. Un mes estuvo madurando la idea hasta que se lanzó a la calle disfrazado de repartidor. La idea era entregar su currículum oculto en cajas de Donuts (¿A quién no le gustan los Donuts?).
¿Y funcionó? Os preguntaréis algunos. Aunque el camino no fue sencillo y hubo que precisar de bastantes intentos, finalmente 10 de 40 empresas se pusieron en contacto con él para una entrevista y, por el momento, está en proceso de selección en dos de ellas.
