El Instituto BBVA de Pensiones avisa de los efectos negativos de la pandemia en las carreras de cotización

El director del Instituto BBVA de Pensiones, Luis Vadillo.
El director del Instituto BBVA de Pensiones, Luis Vadillo. - BBVA - Archivo
Publicado: viernes, 15 mayo 2020 11:16

Aboga por reformas estructurales en el mercado laboral y por instaurar un sistema de cuentas nocionales individuales en las pensiones públicas

MADRID, 15 May. (EUROPA PRESS) -

El Foro de Expertos del Instituto BBVA de Pensiones advierte en un informe sobre la crisis del Covid-19 de los efectos negativos que la pandemia tendrá sobre las carreras laborales de los trabajadores y, por tanto, sobre su pensión futura.

Así, subraya que una de las consecuencias inmediatas de esta crisis y de la fuerte reducción de la actividad económica será "la generalización de vacíos de cotización" entre los trabajadores que se queden en paro sin derecho a prestaciones o que cesen en su actividad sin estar cubiertas sus cotizaciones total o parcialmente por la Seguridad Social o el Servicio Público de Empleo.

Esta situación, avisa este Foro de Expertos, puede afectar especialmente a los trabajadores autónomos. "Estos ceses de actividad pueden acabar siendo muy malos tanto para los derechos futuros de los trabajadores como para la sostenibilidad instantánea del sistema de pensiones", subraya el Instituto, que alerta de que estas consecuencias pueden verse agravadas si la situación de paro "se enquista".

Asimismo, en el documento se advierte de que el impacto en las carreras laborales de los trabajadores "puede poner en riesgo" una adecuada reanudación de éstas, afectando a los derechos futuros de pensión y al propio crecimiento del capital humano, a menudo vinculado "a un desempeño laboral persistente en tareas homogéneas".

De este modo, precisa el Foro de Expertos del Instituto, aunque para los jóvenes puede haber oportunidades "inesperadas" para iniciar carreras más prometedoras, para los trabajadores cuyo capital humano depende crucialmente de la experiencia en tareas homogéneas se necesitarán medidas de recualificación.

"En las condiciones actuales, la recualificación de los trabajadores afectados por estas interrupciones debería ser una prioridad para las instituciones del mercado de trabajo y formativas de todos los países", apunta el informe.

El Instituto recuerda que el impacto de la pandemia sobre las carreras laborales depende del diseño de los sistemas de pensiones. En la mayoría de los países de la OCDE, también en España, los episodios de inactividad por causas objetivas como permisos parentales, enfermedad o paro, están cubiertos dentro de ciertos límites y condiciones y, en general, no afectan tanto a la pensión.

No obstante, el informe señala que la efectividad de estos mecanismos depende de la duración y frecuencia de los lapsos de tiempo en los que se haya permanecido inactivo, de las bases de cotización del trabajador y del sistema de cálculo de la pensión (últimos años, mejores años, toda la carrera de cotización).

El Instituto advierte de que, en el peor de los escenarios, la interrupción de la actividad por el coronavirus en aquellas empresas que ya arrastraban problemas de solvencia "afectará negativamente" a las tasas de paro de los diferentes países y, por tanto, a sus carreras de cotización.

Para este Foro de Expertos, será igualmente importante tanto la duración de la crisis como de la post crisis, ya que habrá sectores que volverán a la normalidad antes y otros que tardarán más en recuperar su actividad y el empleo. "La duración del desempleo en algunos sectores sufrirá cambios significativos, más allá de la estacionalidad tradicional a la que estábamos acostumbrados", subraya el informe.

CONSECUENCIAS PRESUPUESTARIAS DE LA CRISIS PARA LOS SISTEMAS DE PENSIONES

En su informe, el Instituto BBVA de Pensiones avisa de que el repentino parón de la actividad económica en muchos países tendrá "enormes consecuencias presupuestarias" para los sistemas de pensiones, tanto transitorias como duraderas, pero dichas consecuencias no deberían desencadenar, a su juicio, una respuesta automática de los mecanismos de ajuste automático (MMA), ya que pueden ser suspendidos o reprogramados para actuar en sentido contrario.

En España, este mecanismo explícito, el Índice de Revalorización de las Pensiones (IRP), ya se había suspendido antes de la pandemia por el clamor social sobre su incidencia en el valor de las pensiones, que serán indexadas ahora a la inflación. En todo caso, el Instituto cree que, aunque estos mecanismos de ajuste no son populares, la visión que se tiene de ellos "podría y quizá debería cambiar a mejor" después de la pandemia, ya que actúan como limitadores del gasto cuando el sistema no es sostenible y al mismo tiempo generan recursos adicionales para financiar las pensiones en épocas de expansión económica.

Para el Instituto BBVA de Pensiones, ante la caída de ingresos de la Seguridad Social que generará la pandemia por las menores cotizaciones, el elevado desempleo, el mayor número de jubilaciones anticipadas y la mayor incidencia de la jubilación por incapacidad permanente se plantean varias alternativas complementarias, entre ellas, reformas estructurales que disminuyan la tasa de desempleo, aumenten la tasa de actividad y de empleo, la productividad y los salarios; o más ahorro complementario blindando la pensión mínima y compensando la reducción de la pensión media sobre el salario medio con más ahorro privado.

Consideran que esas alternativas serán "más transparentes y tendrán efectos más positivos sobre el crecimiento y el empleo cuanto antes se implante gradualmente un sistema de cuentas nocionales/individuales, permitiendo anticiparse al futuro con decisiones informadas y blindando la pensión mínima".

Además, el Instituto cree que, de forma transitoria, podría ser una alternativa aumentar la presión fiscal mientras otras medidas de carácter permanente vayan gradualmente corrigiendo el déficit estructural del sistema. Sobre todo, es la manera de financiar el complemento de la pensión mínima, mantienen.

En cualquier caso, a su juicio, plantear el aumento de la presión fiscal como una medida permanente y de carácter general para cubrir cualquier aumento del déficit futuro tiene "muchos inconvenientes", ya que si se hace mediante cotizaciones sociales sería a costa de una menor contributividad y de un encarecimiento del factor trabajo; mientras que si se opta por subidas de otros impuestos "habría que financiar anualmente un déficit entre 4,5 y 6 puntos de PIB en las próximas tres décadas, aproximadamente la mitad de lo que actualmente recaudan todos los impuestos directos o indirectos por separado", han incidido.

El Instituto señala que pocos países disponen de fondos de reserva de entidad suficiente para hacer frente a perturbaciones "severas y/o duraderas", y precisamente la pandemia del coronavirus puede tener, en su opinión, un "duradero efecto fuertemente recesivo en el corto plazo y/o extenderse por un periodo más largo del previsto". En el caso español, la crisis financiera de 2008-2013 acabó con las reservas del Fondo en el año 2019.

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