El canciller alemán, Friedrich Merz- Michael Kappeler/dpa
BRUSELAS 4 Dic. (EUROPA PRESS) -
El canciller alemán, Friedrich Merz, viajará este viernes a Bruselas para cenar con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y con el primer ministro de Bélgica, Bart de Wever, al que busca convencer del uso de activos rusos soberanos congelados en este país para financiar un "préstamo de reparaciones" de al menos 90.000 millones de euros a Ucrania.
Un portavoz del Gobierno alemán informó este jueves de que Merz ha decidido aplazar un viaje previsto a Oslo para desplazarse en su lugar a Bruselas, para mantener conversaciones "privadas" con De Wever y Von der Leyen. Otras fuentes han confirmado a Europa Press la celebración de una cena a tres a iniciativa del alemán.
Merz es uno de los principales impulsores de la idea de recurrir a la liquidez de los activos rusos congelados para cubrir las necesidades de financiación de Ucrania para los próximos dos años y que el Fondo Monetario Internacional (FMI) ha estimado en al menos 135.000 millones de euros.
"Está en nuestras manos no sólo fortalecer a Ucrania, sino también enviar una señal inequívoca a Moscú de que continuar esta guerra de agresión es inútil. Esto no es una señal para prolongar el conflicto, sino para ponerle fin. Demuestra la capacidad de acción de Europa", ha argumentado el conservador alemán en una tribuna publicada este mismo jueves en el diario FAZ.
Sin embargo, el Gobierno belga rechaza de plano esta opción porque considera que viola el Derecho internacional en tanto que interpreta que sería una "confiscación" de los activos y reclama garantías de que el resto de países de la UE respaldarán a Bélgica en caso de una demanda del Banco Central Ruso o de represalias del Kremlin, ya que es en Bélgica en donde tiene su sede Euroclear, la entidad depositaria que acoge la gran mayoría de los activos en cuestión.
De Wever, además, advirtió en una dura carta a Von der Leyen de que si persisten en sacar adelante esta opción, la UE debe ser consciente de que pondrá en riesgo las opciones de negociar la paz, al tiempo que insiste en los riesgos que afronta Bélgica. El ministro de Exteriores belga, Maxime Prévot, criticó estos días que se coloque una "espada de Damocles" sobre el país y avisó de que la "confiscación" puede llevar a Bélgica a la "bancarrota".
En este contexto, Merz defiende en su tribuna que "entiende plenamente" las "preocupaciones" del Gobierno belga porque la mayoría de los activos se encuentran en su territorio y porque "no puede confiar únicamente en garantías políticas" y asume que las dudas deben resolver con "discusiones sorbe los textos legales" y que estas conversaciones deben resolverse "con prontitud".
"Sería inaceptable que un solo país soportara una carga desproporcionada", concede el mandatario alemán en su escrito, si bien urge a permitir que los líderes acuerden el visto bueno a esta opción y después abordar el modo de "implementarlo mediante disposiciones jurídicamente vinculantes".
LOS LÍDERES BUSCARÁN UN ACUERDO EN SU CUMBRE DE DICIEMBRE
Tras meses reclamando explicaciones sobre la base legal de tal medida y garantías de sus socios, Bélgica tachó el miércoles de "inaceptable" la propuesta que la propia Von der Leyen puso sobre la mesa esta semana para que los jefes de Estado y de Gobierno de la UE validen con un "claro compromiso de los pasos a seguir" en la cumbre que celebrarán los próximos 18 y 19 de diciembre en Bruselas.
La propuesta del Ejecutivo comunitario plantea por tanto el uso de la liquidez de los activos soberanos congelados en Euroclear y otras entidades depositarias que no citó para financiar un préstamo de al menos 90.000 millones de euros a Ucrania, que Kiev no tendría que devolver hasta tiempos de paz, "si y cuando" Rusia le compensa por los daños de la guerra.
Von der Leyen explicó en una rueda de prensa el miércoles desde la capital europea que el objetivo es "cubrir dos tercios de las necesidades financieras de Ucrania durante los próximos dos años" --después la UE contará con un nuevo marco presupuestario para siete años aún por negociar--. Esa ambición equivale a 90.000 millones de euros y el resto "quedaría a cargo de los socios internacionales".
De no salir adelante esta opción, la Comisión plantea como alternativa que la UE acuda a los mercados financieros para emitir deuda conjunta y con ello cubrir el préstamo a Kiev; si bien avisa que esta segunda opción requeriría del acuerdo "por unanimidad" de los 27, mientras que la opción preferida por la mayoría de líderes pese al rechazo frontal de Bélgica puede salir adelante "por mayoría cualificada".