Economía.-Brown insiste en condenar el proteccionismo y Cameron le imputa las huelgas por prometer "trabajos británicos"

Actualizado: miércoles, 4 febrero 2009 16:31

Los empleados de la refinería que generó las protestas contra la contratación foránea rechazan la primera oferta


LONDRES, 4 Feb. (EUROPA PRESS) -

El primer ministro británico, Gordon Brown, insistió hoy en condenar el proteccionismo como el "mayor peligro al que se enfrenta el mundo", pese a la contestación generada en Reino Unido contra la contratación foránea y la demanda de amparo laboral para los nacionales que, para el líder conservador, David Cameron, es "culpa" de la promesa de Brown de "trabajos británicos para los trabajadores británicos".

En la sesión de control al Gobierno en el Parlamento, Cameron aprovechó la cadena de protestas convocadas en la industria energética por el reclutamiento de mano de obra en el extranjero para reprochar al mandatario las palabras que pronunció en septiembre de 2007 en el Congreso laborista, tan sólo tres meses después de ser investido, y que son actualmente empleadas por los miles de manifestantes como lema principal de las movilizaciones.

Sin embargo, Brown incidió en su mensaje capital de los últimos meses, el de que una apuesta por el proteccionismo en reacción al actual contexto de crisis representa el "mayor peligro", y retomó su propuesta de acordar en el panorama internacional un paquete de estímulos fiscales y monetarios que permitan la salida de la recesión en la que ya se encuentran oficialmente las principales economías del planeta y, a continuación, iniciar una senda de recuperación.

Así, recurrió a sus intervenciones en los foros internacionales, en los que dijo "haber dejado claro" que Reino Unido está "lejos del proteccionismo", pese a que, para Cameron, la declaración en su primera intervención en el cónclave de su partido desde que se mudara al número 10 de Downing Street transmite un "eslogan oportunista" preparado para "complacer los miedos de la gente". "Y lo sabía", añadió.

ERRORES

Por ello, exigió al mandatario que "pida reconozca y disculpas por su gigantesco error", en lugar de "retorcerlo" con argumentos con los que "toma a la gente por tonta". "Va por ahí diciendo no al proteccionismo en las cumbres internacionales y aquí consiente ante los miedos de la gente" con frases como la ahora famosa 'trabajos británicos para los trabajadores británicos'.

Un "error de juicio" por el que se mostró convencido de que Brown "siente vergüenza", pese a que el primer ministro le replicó que "el verdadero error de juicio habría sido no hacer nada durante este tiempo", en alusión a la fórmula bajo la que siempre alude a los conservadores: "El partido de no hacer nada". "Estamos creando trabajos, estamos formando a la gente", recordó, en alusión a las iniciativas adoptadas para mejorar la capacitación de los desempleados británicos e incrementar sus posibilidades de reincorporación al mercado laboral.

EVOLUCIÓN DE LAS PROTESTAS

Mientras, la evolución de las protestas mantiene su curso, después de que la primera oferta puesta sobre la mesa por la mediadora laboral encargada por el Gobierno ASCA fuese rechazada por los representantes de los trabajadores de la refinería de Lindsey, tercera del país y donde se desencadenó una polémica en la que subraye el temor de los ciudadanos por el futuro laboral, cuando la tasa de paro alcanza ya el 6,1 por ciento y son cerca de dos millones las personas que se encuentran sin empleo.

El problema surgió a raíz de la concesión de la construcción de una planta desulfuradora a una empresa italiana que aportó su propio personal, compuesto por italianos y portugueses, que según los empleados británicos son remunerados en las islas con el salario mínimo, frente a sus retribuciones por lo general superiores. Por ello, entre las demandas de los paros figura una reforma normativa que impida esta posibilidad, especialmente en un contexto de crisis como el actual, en el que las compañías aspiran a recortar costes en todos los apartados.

PROPUESTA

Sin embargo, la empresa afectada, la francesa Total, ha insistido en que no discrimina a los ciudadanos británicos y que los sueldos son parejos de modo que, aunque en principio había trascendido que la oferta de la negociación que comenzó el lunes planteaba que la mitad de los que tomen finalmente parte en el proyecto sean británicos, un total de 100, finalmente las posibilidades de colocación de nacionales se reducían a un 25 por ciento y, por tanto, la propuesta fue rechazada.

Con todo, el acuerdo podría estar próximo, después de que los principales sindicatos del país, Unite y GMB, recomendasen aceptar las propuestas y mantener la concesión en manos de la italiana Irem, que se hizo con el proyecto en un concurso al que concurrieron cinco compañías británicas y dos del resto de Europa.

La compañía transalpina aportó su propia mano de obra, lo que ha supuesto ya el traslado de cerca de 200 italianos y portugueses, a la espera de que lleguen unos 300 más a partir del mes próximo. Los trabajadores han sido ubicados en barcos anclados en el muelle de la ciudad de Grimsby, de los que se les ha advertido de que limiten sus salidas para evitar conflictos en la localidad debido a la alta sensibilidad de la polémica, que podría trasladarse a otros sectores como el de la construcción.