BRUSELAS 21 Feb. (EUROPA PRESS) -
La Comisión Europea espera que el crecimiento económico en 2006 sea del 2,2% del producto interior bruto (PIB) en la UE y del 1,9% en la zona euro, cifras muy superiores al 1,5% y 1,3% que se registraron en 2005. Estas cifras suponen una revisión al alza de una décima en el caso de la UE respecto a las previsiones de otoño de Bruselas, mientras que para la eurozona el pronóstico se mantiene sin cambios. La inflación será para las dos áreas del 2,2%.
Estos datos están incluidos en las previsiones provisionales para 2006 hechas públicas hoy por primera vez por el Ejecutivo comunitario. A partir de ahora, la Comisión tiene previsto elaborar regularmente pronósticos provisionales que se publicarán entre las previsiones más elaboradas de otoño y primavera con el objetivo de tener una imagen actualizada de las tendencias de la economía europea. La revisión se basa en el supuesto de que los precios del petróleo se incrementarán de forma moderada hasta finales de año, y que el tipo de cambio del euro frente al dólar se mantendrá en el nivel actual.
"El notable repunte en la inversión privada, estimulado por las expectativas optimistas sobre la demanda, los sólidos beneficios empresariales y la continuidad de las condiciones favorables de financiación confirman el impulso de crecimiento que se inició el pasado verano, a pesar de algunas cifras de crecimiento decepcionantes en el último trimestre", dijo el comisario de Asuntos Económicos, que advirtió también de la existencia de "riesgos" en la evolución de los precios del petróleo y los desequilibrios económicos globales.
Bruselas pronostica que la actividad económica en la UE remontará durante el primer trimestre de 2006. La tendencia al alza se mantendrá durante todo el año gracias a la fuerza del crecimiento global y a las políticas económicas favorables. La demanda doméstica será el principal impulsor de la recuperación. En particular, los datos recientes han confirmado un notable incremento de la inversión privada en 2005, que se espera que continúe en 2006 impulsada por factores como los recientes incrementos en la cuota de utilización de capacidad, las expectativas optimistas en cuanto a la demanda, las mejoras en los balances de las empresas y las condiciones de financiación favorables.
El gasto de los consumidores también mostró signos de recuperación en 2005. Aunque el último trimestre de 2005 reflejará un parón temporal en la tendencia al alza del consumo privado, la sostenida recuperación de la confianza del consumidor desde el verano de 2005, unida con las mejoras que se esperan en el mercado de trabajo, tendrán un impacto positivo en el gasto en 2006, según Bruselas.
Las exportaciones seguirán creciendo a un ritmo rápido en 2006 sostenidas por el sólido crecimiento en el comercio mundial. Los exportadores de la UE se beneficiarán de las mejoras en la competitividad, aunque hay grandes variaciones entre los Estados miembros. Como las importaciones también responderán dinámicamente al aumento de la demanda interna, la contribución de las exportaciones netas al crecimiento será pequeña.
Las diferencias de crecimiento entre los 5 grandes Estados miembros disminuirán durante este año, ya que la actividad se recuperará particularmente entre los peores alumnos, Alemania y Francia. A finales de 2006, los cinco crecerán al ritmo de su potencial o incluso por encima. En el caso de Alemania, el crecimiento se acelerará a finales de año por las compras anticipadas de los consumidores ante el incremento previsto de 3 puntos porcentuales en el IVA.
El Ejecutivo comunitario espera un ligero incremento en la inflación a principios de 2006, pero la cifra interanual bajará a partir del segundo trimestre, resultando en una media de 2,2% tanto para la UE como para la zona euro, sin cambios respecto a las previsiones de otoño. La previsión se basa en el supuesto de una pequeña subida de los precios del petróleo en la segunda mitad de 2006, y en que no habrá efectos significativos de segunda ronda en los salarios.
Bruselas señala que existen una serie de "riesgos a la baja" en estas previsiones, que ya estaban presentes en otoño, y que no se han reducido desde entonces. En particular, como consecuencia del estrecho equilibrio entre la oferta y la demanda, los precios del petróleo están evolucionando de forma "más volátil" y no se pueden descartar más aumentos significativos de precios. Otro riesgo lo constituyen los desequilibrios económicos globales, que podrían plantear problemas si resultan en un "abrupto ajuste" de los tipos de cambio entre las principales monedas.
La Comisión advierte también de los datos menos optimistas registrados en los últimos meses, mientras que el lado positivo, señala que los signos al alza parecen "más fuertes" que en otoño teniendo en cuenta la consolidación de la recuperación económica.