MADRID, 1 Jul. (EUROPA PRESS) -
La economía africana creció un 4,2% en 2012, lo que muestra "el empuje y el potencial" del continente en medio de un contexto de crisis global generalizada, según recoge el informe Perspectivas Económicas de África 2013 elaborado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), que prevé que este incremento del PIB se acelere al 4,8% en 2013 y al 5,3% en 2014.
El documento de la OCDE, que ha sido presentado este lunes en la sede de la Confederación Española de Organización Empresariales (CEOE) en Madrid en un acto conjunto con la Casa África y el Icex, considera que las perspectivas a medio plazo de África siguen siendo "favorables".
El director del Centro de Desarrollo de la OCDE, Mario Pezzini, señaló que los principales motivos de este crecimiento se deben a "una ampliación de la producción agrícola, a un crecimiento sólido de los servicios y a un aumento en la producción de petróleo y en la minería, todo ello respaldado por un mayor consumo e inversiones".
Sin embargo, el informe advierte de que el principal reto al que se enfrenta el continente a corto plazo es "consolidar las condiciones macroeconómicas estables ante la volátil economía mundial". "También debe mejorarse la reglamentación del sector privado, atacar los problemas de infraestructura y aumentar el acceso a los servicios públicos como la educación, la salud y la seguridad", añade.
Por otro lado, destaca que los flujos financieros externos hacia África se han cuadruplicado desde el 2001 y alcanzaron un máximo histórico en 2012. En concreto, oscilaron desde un promedio de 4% del PIB en los países con ingresos superiores y de nivel medio hasta un 18% en los países de bajos ingresos.
El documento se centra este año en el papel de los recursos naturales a la hora de impulsar una transformación estructural en el continente que promueva la distribución al conjunto de la población africana de los beneficios del crecimiento derivado de la riquezas del suelo africano.
En este sentido, Pezzini remarca que una explotación eficaz y equitativa de estos recursos agrarios, extractivos y energéticos puede ser la solución para conjugar crecimiento económico y desarrollo humano.
