RSC.- Amnistia Internacional USA recuerda un año más a las víctimas del escape tóxico de Union Carbide en Bhopal (India)

Actualizado: lunes, 4 diciembre 2006 14:52

La actual propietaria, Dow Chemical, cuenta también con un largo historial contaminante de vertidos y enfermedades de empleados


MADRID, 4 Dic. (EUROPA PRESS) -

Este fin de semana se cumplió un año más del desastre que asoló la población india de Bhopal la noche del 3 de diciembre de 1984, cuando más de 40 toneladas de gases letales de la fábrica de pesticidas de la compañía norteamericana Union Carbide Corporation escaparon de uno de los tanques durante las operaciones rutinarias de mantenimiento. Se estima que murieron más de 20.000 personas, la mayoría por inhalación de tóxicos como isocianato de metilo y cianuro de hidrógeno, entre otras sustancias.

Ayer domingo se cumplieron 22 años de la tragedia y Amnistía Internacional sigue reclamando justicia para las miles de víctimas que sobrevivieron aquella noche pero que llevan más de dos décadas "abandonados y olvidados" y sufriendo graves secuelas. La empresa fue después absorbida por Dow Chemical y ni una ni otra firma asumió la responsabilidad del accidente. Union Carbide 'desapareció' y Dow Chemical insiste en que no tuvo nada que ver con aquello, porque la compra se produjo después.

Según AI, unas 100.000 personas continúan viviendo el Bhopal expuestos a riesgos como las emanaciones de la planta, --hoy cerrada, pero aún sin desmantelar de forma completa y con residuos de alta peligrosidad-- y bebiendo un agua que continúa contaminada por filtraciones al suelo de metales pesados y que les provoca cada día enfermedades, cáncer, daños neurológicos y hasta malformaciones fetales por los problemas ginecológicos que arrastraron las mujeres.

Algunas de estas personas, como Sanjay Kumar, que sólo contaba 18 meses de vida cuando ocurrió la tragedia, ha pasado estos 22 años de vida enfrentándose a la enfermedad por seguir viviendo en Bhopal, y al dolor de haber perdido aquella noche a sus padres y a cuatro miembros de su familia. Su hermano Sunil, activista y participante comprometido en el movimiento de justicia que nació después del accidente, se suicidó este año por una depresión que nunca superó. Sanjay sólo tiene ahora a su hermana Mumta, que continúa junto a él viviendo en Bhopal y tratando de superar la pérdida de tantos familiares y amigos.

AI anima desde su página web a todos sus activistas y a los ciudadanos de todo el mundo a que no permanezcan impasibles ante este drama y exijan responsabilidades tanto al Gobierno indio, que debió actuar con mayor contundencia y que nunca ha protegido a las víctimas de aquel accidentes, y a Dow Chemical, que debe asumir lo que hizo su antecesora, Union Carbide, aunque el drama se produjera antes de su compra.

Estos días grupos de activistas en todo Estados Unidos --Austin, Boston, Bloomington o San Diego-- celebrarán funerales simbólicos en memoria de las víctimas de Bhopal, y en otras ciudades del país, como Atlanta, Baltimore, Cincinnati, Middletown o Princeton, acogerán vigilias nocturnas con velas encendidas en recuerdo de los que murieron hace 22 años.

Para participar de forma activa en los actos se pueden enviar cartas de apoyo a través de la página web habilitada específicamente por Amnistía Internacional Estados Unidos 'http://www.amnestyusa.org/business/sharepower/bhopal_action....'

UN HISTORIAL 'NEGRO'

La empresa estadounidense Dow Chemical, actual propietaria de Union Carbide, cuenta en su haber con un dilatado historial de elaboración de productos contaminantes, tanto para clientes como para sus trabajadores, y vertidos en los parajes naturales que rodean a sus fábricas en Estados Unidos y Canadá.

Así lo puso de manifiesto en el veinte aniversario de la catástrofe de Bhopal en 2004 el experto Jack Doyle, en un libro publicado bajo el título 'Nuestros Deudores' y en el que se basaron después los periodistas Russell Mokhiber y Robert Weissman para escribir su obra conjunta 'Empresas Predadoras'.

Según los directivos de Union Carbide, el accidente de Bhopal fue "un hecho aislado" atribuible a la mala gestión de sus responsables indios y que este tipo de hechos "no tenían precedentes en sus filiales de Estados Unidos". Por su parte, Dow Chemical sólo insiste en que compró la empresa después de aquello.

Sin embargo, Doyle documenta en su libro que Dow Chemical fue responsable antes de una larga lista de explosiones e incendios en instalaciones, desde 1979, o casos de tumores cerebrales en sus empleados, en 1980.

A ello, se añaden vertidos ilegales de productos muy contaminantes en rios durante la década de 1970, así como la producción de plásticos, sustancias como el percloroetileno (PER), usado en la limpieza en seco, poliestireno, vinilos o resinas peligrosas en sus juguetes, o ensayos químicos con dixina en reclusos de la prisión de Holmesburg (Filadelfia), entre otras denuncias.