Actualizado 09/01/2007 13:05

RSC.- Organizaciones argentinas denuncian que la presencia de incineradoras aumenta el riesgo de contraer cáncer

En el municipio argentino de Morón, el 80% de las muertes de los últimos 10 años se ha producido por distintos tipos de cáncer


MADRID, 9 Ene. (EUROPA PRESS) -

La Coalición Ciudadana argentina Anti-Incineración denunció recientemente que en este país existen incineradoras que repercuten negativamente en la salud de muchos ciudadanos mientras que el Estado no asume la responsabilidad de detener su construcción.

La organización recuerda la existencia de diversos estudios que muestran que las incineradoras pueden emitir tóxicos y contaminantes, como dioxinas y metales pesados, que provocan diversos problemas de salud, así como alteraciones en la reproducción, el desarrollo y el sistema inmune.

Recientemente el Instituto de Vigilancia Sanitaria francés reveló la existencia de un nexo común entre vivir cerca de las incineradoras y contraer cáncer. El Instituto comenzó sus investigaciones en el 2003, en un total de cuatro departamentos franceses con una población de 2,5 millones de personas, en los que se detectaron 135.567 casos de cáncer entre 1990 y 1999.

Los resultados concluyeron que el riesgo de contraer cáncer entre quienes estuvieran expuestos a las emisiones de las plantas incineradores aumentó un 6,8% en el caso del cáncer de hígado y un 4,8% en el cáncer de pecho, entre otros.

En este sentido, la Coalición Ciudadana Anti-Incineración señaló una vez más que "en Argentina existen incineradores que están generando problemas sanitarios, sin que el Estado asuma la responsabilidad y detenga el funcionamiento de estas plantas ni desarrollar estudios epidemiológicos formales".

La Coalición Ciudadana Anti-Incineración es una red de ciudadanos y organizaciones que funciona en Argentina desde hace 11 años, y trabaja por la erradicación de este sistema y el uso de métodos alternativos de tratamiento de residuos. Durante su trayectoria, ha contribuido a que 16 localidades del país prohibieran la incineración.

RESIDUOS CANCERÍGENOS

En Argentina existen varios casos que preocupan a las organizaciones medioambientales por la decisión del gobierno central de instalar tecnologías para la incineración de residuos, en perjuicio de la salud de la población.

Uno de estos ejemplos es el de la incineradora de la localidad Villa Allende, situada en la localidad de Córdoba, donde un estudio realizado entre la población descubrió hexaclorobenceno (un posible cancerígeno) en varias personas, así como sustancias tóxicas como plomo y arsénico en los tanques de agua de las viviendas cercanas.

También existen casos en las localidades de Marcos Paz, Lanús, Tigre, Olavarría y Avellaneda, situadas en la provincia de Buenos Aires, y Santa Rosa en La Pampa. En estas localidades, los vecinos denunciaron el incremento de problemas sanitarios entre sus habitantes por el funcionamiento de hornos de incineración, principalmente problemas respiratorios y cáncer.

En La Pampa, la Asociación Alihuen --que forma parte de la Coalición Ciudadana Anti-Incineración-- aboga por el cierre de la incineradora de la ciudad de Santa Rosa (La Pampa) y por el establecimiento en el país de un plan de erradicación de la incineración y su sustitución por tecnologías limpias y no perjudiciales para la salud y el Medio Ambiente.

El representante de la Asociación de Vecinos de Morón, Gladys Enciso, indica que en el municipio de Morón "hemos convivido desde los años 90 con un crematorio-incineradora y hemos padecido la contaminación y el fallecimiento de 80 vecinos por distintos tipos de cáncer. En la actualidad, otros tantos vecinos se encuentran enfermos".

Asimismo, Enciso afirmó que las organizaciones sociales, las universidades y los gobiernos deberían promover "estudios serios" sobre el impacto de las incineradoras en el Medio Ambiente y en la población. Según señalan distintas organizaciones medioambientales, las incineradoras emiten al Medio Ambiente cientos de sustancias tóxicas, como dioxinas y furanos, hexaclorobenceno, mercurio, plomo, cadmio, cromo, arsénico, hidrocarburos aromáticos policíclicos, entre otras.

Estas sustancias provocan, según los expertos, problemas como malformaciones congénitas, alteraciones en el sistema nervioso central, y los sistemas inmunológico y hormonal, problemas en pulmones y riñones, cloracné y cáncer, entre otros.

Por este motivo, ya sean incineradoras de quema masiva, hornos pirolíticos, de gasificación, de arco de plasma o equipos con 'recuperación de energía', la Coalición Ciudadana Anti-Incineración considera que "no hay lugar para la incineración en el marco de un futuro sostenible".

Además, recordaron que Argentina firmó el Convenio de Estocolmo sobre Compuestos Orgánicos Persistentes (COPs) en 2001 comprometiéndose a trabajar para la minimización y eliminación última de las dioxinas y otros COPs que se forman durante la incineración.

ANTECEDENTES

La incineración de residuos comenzó a desarrollarse en Estados Unidos y Europa en los años 50 y 60. Sin embargo, la difusión de las consecuencias de esta industria en la salud de las personas y el Medio Ambiente provocó la oposición de ciudadanos y organizaciones medioambientales para evitar su instalación.

Estas movilizaciones lograron detener la expansión de esta industria en América del Norte y Europa, trasladando estas tecnologías a América Latina, Europa del Este y Asia.

Las organizaciones medioambientales denuncian que la incineración de residuos libera al Medio Ambiente contaminantes altamente tóxicos en forma gaseosa --por ejemplo, gases de chimenea--, líquida y sólida --cenizas y filtros--.

Por su parte, las empresas de incineración aseguran que realizan un monitoreo continuo de los gases de las chimeneas, mientras que en el caso de las dioxinas, si bien actualmente existen dispositivos para hacer monitoreo continuo, este proceso sólo se desarrolla en pocos países debido a su alto coste.