Prologado por Ramón Jáuregui, el libro hace un análisis de lo que éste considera una 'ecuación capital': "sociedad y empresa"
MADRID, 6 Mar. (EUROPA PRESS) -
El portavoz del PSOE en el Congreso de los Diputados, Ramón Jáuregui, y la secretaria de política Económica y Empleo del partido, Inmaculada Rodríguez-Piñeiro, presentaron esta mañana en la sede socialista de Madrid el libro 'La Responsabilidad Social de las Empresas: Miradas desde la Izquierda', una "visión progresista y una guía de reflexión ideológica" que viene a analizar en profundidad todo lo que tiene que ver con el papel de las empresas como protagonistas del dinamismo y crecimiento económico, pero también en cuanto a sus impactos sociales, ambientales y laborales.
En palabras de Ramón Jáuregui, esta nueva publicación viene a exponer la postura del PSOE en esta materia y en especial en lo que él considera "la ecuación capital en el proyecto socialista": sociedad y empresa. Se trata de la postura socialista en este sentido, tras dar por concluidos los trabajos de la Subcomisión Parlamentaria sobre RSC que ha trabajado durante más de 18 meses en la elaboración de un 'Libro Blanco' de conclusiones y recomendaciones finales para el que la ideología de todos los participantes de esta Subcomisión "debió quedarse en el cajón".
Precisamente, esa fue la razón de que los trabajos de la Subcomisión concluyeran con una unanimidad "poco frecuente en el panorama político actual". Las reflexiones de este libro pueden agruparse en cinco grandes axiomas. El primero de ellos es la corroboración de que la empresa "es un agente imprescindible de la sociedad resultante de la economía de mercado", y el segundo es que "cada vez son mayores los impactos de las empresas en los hábitats donde se ubican".
Así, sus decisiones de localización, relocalización o deslocalización --como está ocurriendo en estos momentos con Delphi en Cádiz-- impactan en comunidades enteras, al igual que a través de sus procesos productivos, convirtiéndose así en "generadoras de un hábitat socio-laboral concreto en cada parte del mundo en la que operan".
De la misma forma, Jáuregui explicó que el libro ahonda también en el "inmenso crecimiento del poder de las empresas", dándose cada vez más una concentración holigopolólica en todos los sectores y en todos los países del mundo --bancos, seguros, farmacéuticas, etc--, lo que genera concentraciones de poder a veces superiores a las de los propios Estados.
Como tercer pilar de análisis del libro, Jáuregui situó la contrapartida: la debilidad creciente de los contrapoderes de la empresa: el Estado --que hasta ahora actuaba con políticas intervencionistas, por ejemplo-- y los sindicatos. Ambos 'balbucean' ahora en la globalización, y tienen cada vez más difícil su papel equilibrador en esta lucha de fuerzas.
En la misma línea, Jáuregui consideró también que la sociología de la empresa se ha alterado. Ahora, ésta ha dejado de ser un crisol, una trinchera de lucha entre diversos modelos económicos como era antes, porque ya no existe alternativa al modelo de economía de mercado. Ahora, la percepción de las empresas por parte de los ciudadanos e incluso de los sindicatos no es la misma: la empresa es hoy "un referente de valor", no un enemigo, y está siendo más 'penetrada' o 'participada' por todas sus partes interesadas, convirtiéndose así en un 'invernadero' que todos miran, analizan y observan.
El libro se estructura en 15 grandes materias de las que se aporta una reflexión, un trabajo que Jáuregui consideró "digno y de gran utilidad", y sobre todo libre, sobre aspectos como la ciudadanía corporativa, el buen gobierno, el respeto al pequeño accionista, la igualdad de género, la regulación de los fondos de pensiones, la responsabilidad de los medios de comunicación, el consumo responsable, etc.
Como conclusiones, Jáuregui insistió en la idea de que el PSOE y toda la izquierda debe asumir que la empresa "es una agente imprescindible en su proyecto de construcción social", y que hace falta una política concreta hacia la empresa responsable --el debate entre voluntariedad o no de la RSE es, a su juicio, un debate "maniqueo y falso"-- es decir, "construir una arquitectura de políticas públicas a favor de la RSE".
Finalmente, el diputado socialista recordó que España está presente fuera de sus fronteras a través de sus empresas, fundamentalmente en América Latina, por lo que, fuera, éstas tienen que ser "modélicas, competitivas y envidiables", como ocurre con países como Suecia y sus empresas, ejemplares en muchos aspectos. La clave para ello es "una cultura de exigencia social hacia la empresa". "Sólo si éstas sienten en su 'cogote' las demandas de los consumidores van a ser responsables", sentenció.
