Caixa Galicia encargó diez meses antes un informe sobre una posible fusión con Caixanova

Acuerdo para la fusión de las cajas
PHOTOGRAPHER: XOAN CRESPO


SANTIAGO DE COMPOSTELA, 19 Jun. (EUROPA PRESS) -

Caixa Galicia encargó ya en julio de 2009, diez meses antes de que se acordase la fusión, un informe sobre una posible unión con Caixanova, que concluía que la operación era "viable" y que precisaría algo más de 1.000 millones de ayuda del FROB en un escenario base.

El estudio, denominado "Proyecto Albariño", al que ha tenido acceso Europa Press, está firmado por la auditora Price Waterhouse Coopers (PWC) y forma parte de la documentación entregada al Parlamento de Galicia con motivo de la comisión de investigación de las cajas.

El análisis fue remitido al entonces director general de Caixa Galicia, José Luis Méndez, con fecha del 31 de julio de 2009 y sus autores indican que el encargo para llevar a cabo este trabajo se recibió el día 15 de ese mismo mes y las labores, que se prolongaron diez días, comenzaron el día 21.

Meses antes, en febrero de 2009, el propio Méndez había admitido por primera vez que las fusiones entre cajas podrían ser "interesantes", aunque había negado contactos para una operación con Caixanova. Por su parte, los máximos directivos de la caja con sede en Vigo rechazaban de plano en ese momento integrarse con otra entidad y, en concreto, con Caixa Galicia, una postura que no modificaron hasta que, ya en marzo de 2010 comenzaron las negociaciones, que culminaron con un preacuerdo el 11 de mayo.

La documentación remitida a los diputados gallegos revela ahora que la caja con sede en A Coruña había encargado casi un año antes un primer estudio sobre la viabilidad de su unión con Caixanova. Posteriormente, a finales de 2009, fue la Xunta la que contrató un informe al respecto, que consideró que la unión sería "solvente" y necesitaría 1.190 millones del FROB.

El análisis previo solicitado por Caixa Galicia estimaba que "la potencial fusión podría ser viable a futuro" y destacaba entre las ventajas que la entidad resultante tendría una posición "todavía más fuerte" en Galicia.

La operación daría como resultado una entidad con 80.000 millones de activos y se posicionaría en ese momento como la sexta caja en el sistema estatal. Además, generaría unas sinergias de 160 millones y tendría un coste de 270 millones. El informe estimaba que necesitaría entre 1.000 y 1.100 millones del FROB a devolver en un plazo de cuatro años.

EXPOSICIÓN AL SECTOR INMOBILIARIO

El estudio, que toma como base las cuentas de ambas entidades correspondientes a 2008, señala que los beneficios de Caixa Galicia cayeron un 43,9% en el resultado consolidado, hasta los 225 millones, frente a un descenso del 3,3% en Caixanova, hasta los 186 millones.

Entre las debilidades de la caja dirigida por José Luis Méndez destaca un margen de intereses por debajo de la media del sector, un crecimiento de la inversión crediticia por encima del promedio de las cajas y un nivel de morosidad que está en línea con el del resto de entidades, pero se ve influido por el "nivel elevado de activos inmobiliarios sensibles a deterioros en el futuro", de modo que la morosidad total "es elevada".

Además, llama la atención sobre resultados por operaciones financieras en el ejercicio de 2008 y anteriores "no sostenibles" en los siguientes años en tales volúmenes. PwC hace un diagnóstico similar para el caso de Caixanova, en la que concreta que esto resultados se deben a las plusvalías por la venta de su parte en Unión Fenosa.

La caja presidida por Julio Fernández Gayoso presentaba también "mayores gastos generales", que estaban "muy por encima" de la media del sector, tanto en el capítulo de personal como en el general. También apunta que la influencia de Banco Gallego provocaba peores ratios de eficiencia. Sin embargo, esta entidad presentaba una morosidad por debajo de la media del sector de cajas y una cobertura de activos dudosos superior.

La entidad fusionada presentaba como debilidades la reducción de la competencia en Galicia y la reducción de plantilla, que estimaba en 1.715 puestos de trabajo, pero el estudio determinaba que entre las fortalezas estaba que "la mayoría de los clientes" --el 70% de los de Caixa Galicia-- estaba a favor de la fusión, "siento la ciudad más favorable a la misma Vigo".