VALLADOLID, 10 Ago. (EUROPA PRESS) -
Varias organizaciones ecologistas han propuesto a la Junta de Castilla y León diversas medidas tanto a corto como a medio plazo para acabar con la plaga de topillos que afecta a los campos de la Comunidad Autónoma.
WWF/Adena, SEO/BirdLife y los grupos ecologistas de Castilla y León (Fundación Global Nature, Ecologistas en Acción, Asociación para la Conservación del Lobo ibérico, Plataforma para la Defensa de la Cordillera Cantábrica, Acenva y Cantueso) elaboraron estas propuestas, según un comunicado de estas organizaciones.
Las asociaciones destacaron la necesidad de evitar cualquier medida "que pueda suponer un riesgo para el medio ambiente o para la salud humana" y presentaron un decálogo de propuestas para afrontar el problema.
El decálogo incluye medidas a corto plazo, como el levantamiento de los rastrojos o control mecánico de las cunetas, y medidas a medio plazo como la instalación de cajas nido para predadores, el programa de seguimiento de las poblaciones de estos roedores o el programa de investigación de las dinámicas de sus poblaciones.
Los ecologistas considera éste último elemento "clave", ya que, a su juicio, no se tiene un conocimiento exhaustivo sobre este tipo de fenómenos, aunque se sabe que están relacionados con los períodos invernales favorables, los cambios en la estructura del paisaje con elementos que facilitan su dispersión, como parcelas de regadíos, y con una drástica desaparición de especies predadoras.
"Se trata en todo caso de fenómenos muy complejos, ligados básicamente al cambio en la configuración del entorno debido a la acción humana y que no tienen fácil solución a corto plazo", indicaron las asociaciones en el comunicado.
Los ecologistas, que creen que los daños producidos por los roedores deben ser compensados de modo adecuado, insistieron en la importancia de "evitar la adopción de medidas extremas como la quema de rastrojos o el uso de veneno".
ESTRATEGIAS.
Los grupos solicitaron a la Consejería de Agricultura un "plan estratégico" que incorpore un programa de estudio y seguimiento de este tipo de fenómenos y que permita afrontar futuras plagas "con mayores garantías, sin tener que recurrir a medidas drásticas que resultan contraproducentes".
Según los ecologistas, estas medidas agravan el problema debido a su elevado impacto sobre la biodiversidad y particularmente sobre las especies predadoras de los propios roedores.
"El uso masivo de veneno constituye, además, una medida ilegal, que incluso representa un peligro para la salud pública, tal y como demostró el informe realizado por la Universidad de Murcia", añadieron.
El grupo de asociaciones consideró que el uso del veneno además de ser una amenaza para la conservación no soluciona estos problemas, que resultan de los ciclos naturales de las especies de roedores. "Los ciclos poblacionales explosivos se han sucedido repetidamente en el pasado como consecuencia de las transformaciones artificiales de los ecosistemas", indicaron.
Asimismo, subrayaron que, de acuerdo a la opinión de todos los expertos, la mejor manera de que esta explosión remita es "por su propio y natural agotamiento", aunque aclararon que eso no excluye la puesta en marcha de otras medidas que no supongan un deterioro de las condiciones ambientales.
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