CHARLOTTE (ESTADOS UNIDOS), 25 Oct. (EUROPA PRESS) -
Bank of America, segundo banco de Estados Unidos, suprimirá 3.000 empleos tras los "decepcionantes" resultados registrados por la entidad en el tercer trimestre en sus negocios de mercados de capital, a la vez que anunció una revisión estratégica de su división de banca de inversión global (GCIB por su sigla en inglés) para determinar la manera en que puede mejorar su eficiencia a la vez que cubre las necesidades financieras de sus clientes.
La entidad radicada en Charlotte argumentó que por "las condiciones del mercado e imperativos estratégicos" suprimirá 3.000 puestos de trabajo en varias unidades del grupo, que suponen algo menos del 2% del total de la plantilla del banco, aunque admitió que la mayor parte de estos recortes afectarán a la división GCIB.
"Mientras que algunos de estos cambios son resultado directo de nuestros resultados por debajo de lo esperado, otros se habían contemplado desde hace meses con vistas a mejorar la operatividad del banco de forma efectiva", dijo Kenneth D. Lewis, presidente y consejero delegado.
"Quisiera hacer hincapié que la mayor parte de la compañía se está comportando bastante bien y continuamos invirtiendo en aquellas actividades que respaldan el crecimiento futuro. Sin embargo, reconocemos que existen algunas áreas en las que necesitamos mejorar", añadió.
Por otro lado, la entidad anunció el nombramiento de Brian Moynihan como nuevo director de la unidad GCIB ante la jubilación a finales de año de Gene Taylor, su actual responsable.
Bank of America obtuvo un beneficio neto de 3.698 millones de dólares (2.588 millones de euros) en el tercer trimestre de 2007, lo que representa una caída del 32% respecto a su resultado del mismo periodo de 2006.
Los menores beneficios fueron resultado de la disminución en 1.330 millones de dólares (931 millones de euros) del beneficio en la división de banca de inversión ante las significativas dificultades en los mercados financieros durante el trimestre.
Asimismo, las provisiones se incrementaron en 865 millones de dólares (605 millones de euros) por el aumento de los costes de los créditos al consumidor y a las pequeñas empresas y la tensión en varías carteras relacionada con la debilidad del mercado inmobiliario estadounidense.
