MADRID, 30 Ene. (EUROPA PRESS) -
La Federación Agroalimentaria de CCOO acudirá a una reunión el próximo lunes con el director general de Trabajo, José Luis Villar, para abordar posibles soluciones al cierra de la planta de Kraft Foods en Maó, después anunciara en el mes de diciembre la intención de trasladar la producción a Bélgica.
El encuentro se celebrará en la sede de la Dirección General de Trabajo y asistirán al mismo la Secretaria General de la Federación Agroalimentaria, Cecilia Sanz y el Secretario de Organización y Finanzas, Antonio Conde, además de diversos representantes del Comité de Empresa.
Precisamente esta reunión será previa a la negociación que mantienen el Comité de Empresas de Kraft Foods en España y la compañía.
Tal y como detalló el presidente del Comité de Empresas, Antonio Olives, quien tras concluir la primera reunión con la directiva de Kraf Foods detalló que tanto la firma como los trabajadores se emplazaron para volver a reunirse los días 3 y 4 de este mes.
En ese encuentro Kraft Foods trasladó a los comités de empresas de sus plantas en España que, "en principio", su postura no es presentar un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) y que quiere llegar a una "solución negociada" con los trabajadores para sus planes de futuro en España.
La Federación Agroalimentaria de CCOO sostiene que "el cierre no tiene justificación alguna y que la planta de Maó sigue siendo rentable", tal y como revela los beneficios de Kraft Foods, que, durante los once primeros meses de 2008, logró unas ganancias netas superiores en un 36% a las obtenidas en 2007.
El sindicato sostiene que el fin de la fábrica fundada hace 80 años supondría la desaparición de 173 puestos de trabajo directos y amenazaría a más de 300 indirectos entre explotaciones ganaderas, transportistas, mecánicos y payeses.
"Una catástrofe económica" para CCOO dado que la repercusión del cierrre de esta fábrica supone unas pérdidas que se estiman en 12 millones de euros, lo que significa el 8% del PIB de la isla de Menorca.
Los trabajadores de la compañía estiman que una de las soluciones al conflicto sería que Kraft Foods accediera a vender la fábrica de Maó, e incluyera también en el proceso la marca 'El Caserío', dado que ello haría "más atractiva" la operación para el sector privado.
