BARCELONA, 5 Sep. (EUROPA PRESS) -
Los casi 330 trabajadores de la empresa de lavadoras Domar iniciaron hoy una huelga indefinida durante la cual estarán encerrados en las instalaciones de la fábrica de Martorelles (Barcelona) para reivindicar unas mejores condiciones de despido para los 204 trabajadores afectados por el Expediente de Regulación de Empleo (ERE) presentado por la empresa el pasado mes de julio.
Domar presentó este ERE por la vía concursal el pasado 5 de julio, después de retirar en junio otro ERE --presentado por la vía administrativa-- que afectaba a 102 empleados.
Los administradores concursales ofrecen indemnizaciones de 45 días de salario por año trabajado, con un límite de 24 mensualidades, mientras que los sindicatos fijan el límite en 42 mensualidades como condición para abandonar la huelga.
De momento, la totalidad de la plantilla se ha encerrado en la planta de Martorelles preparados para vivir allí durante el tiempo que haga falta. Fuentes sindicales explicaron a Europa Press que incluso reciben visitas "como si estuviésemos en la cárcel" y que la dirección no se ha puesto en contacto con los trabajadores.
REUNIONES CON LOS ADMINISTRADORES Y LA GENERALITAT
El presidente del comité de empresa, Antonio Carreras, afirmó a Europa Press que los administradores llegaron a la primera reunión tras el verano --el pasado viernes-- "sin propuestas, como si quisieran dejar pasar el tiempo" hasta el próximo lunes día 12 de septiembre, cuando finaliza el plazo para negociar el ERE.
Mañana miércoles tendrá lugar una nueva reunión de mediación, y el jueves los sindicatos se reunirán con la directora general de Relaciones Laborales de la Conselleria de Trabajo e Industria de la Generalitat, Mar Serna, para intentar llegar a un acuerdo.
Sin embargo, "mientras no cambien las cosas", los trabajadores seguirán confinados en la planta de Martorelles las 24 horas del día, según explicó el delegado de CC.OO., Juan Gallardo.
Los sindicatos pidieron a Domar que pague a los acreedores y ofrezca unas condiciones "dignas" a los trabajadores y no convierta la venta de terrenos y naves en un "pelotazo inmobiliario".
