Economía/Motor.- El presidente de General Motors vuela en aviones privados de AT&T, su antigua empresa

Actualizado: lunes, 8 marzo 2010 18:31


DETROIT (ESTADOS UNIDOS), 8 Mar. (EUROPA PRESS) -

El presidente y consejero delegado de General Motors, Ed Whitacre, utiliza para sus desplazamientos aviones privados de la compañía de telecomunicaciones AT&T, en la que también ocupó la presidencia, en virtud de una prerrogativa que le concedió su antigua empresa cuando dejó su cargo en 2007.

En concreto, Whitacre alcanzó un acuerdo con AT&T, valorado en 158 millones de dólares (115,6 millones de euros), por el que el ejecutivo tiene derecho a utilizar los aviones de la flota del operador de telecomunicaciones durante diez horas al mes, lo que representa un coste mensual de 20.000 dólares (14.640 euros).

Un portavoz de General Motors, Chris Preuss, indicó al diario 'The Detroit News' que Whitacre utiliza esta prerrogativa otorgada por su antigua empresa "a discreción". "No sé si lo utiliza para ir y venir de San Antonio (Texas) a Detroit (sede de General Motors)", añadió.

Según el portavoz de la multinacional automovilística, el medio de transporte que Whitacre utiliza para desplazarse desde su domicilio en Texas hasta Detroit es asunto suyo. "Es lo mismo que cómo voy y vengo yo desde Northville. Es cosa mía cómo llego al trabajo y cosa suya cómo llega él", argumentó.

Por su parte, una portavoz de AT&T indicó que desconoce los trayectos que cubre Whitacre cuando utiliza los aviones de la compañía, mientras que fuentes de General Motors consultadas por el citado diario aseguraron que el avión privado de la compañía de telecomunicaciones se desplaza entre Texas y Michigan.

"Whitacre tiene un número limitado de horas para utilizar aviones de AT&T para fines personales y en el espacio aéreo estadounidense. Ocasionalmente, podría utilizar esta prerrogativa para volar a Detroit", apuntó la portavoz de AT&T, McCall Butler.

En 2008 se originó una fuerte polémica en Estados Unidos cuando los primeros ejecutivos de los tres grandes grupos automovilísticos del país (GM, Ford y Chrysler) volaron a Washington para pedir ayudas públicas en aviones privados de las empresas. GM y Chrysler se declararon posteriormente en suspensión de pagos y las tres corporaciones redujeron a la mínima expresión o eliminaron su flota de aeronaves.