MADRID 1 Feb. (EUROPA PRESS) -
El Transcantábrico, el tren turístico de Feve, que cuenta con dos acreditaciones de calidad, ha presentado sus novedades para la temporada 2007 en Fitur.
La red de Feve serpentea a lo largo de la Cornisa Cantábrica, entre Ferrol y Bilbao, donde inicia su incursión hacia León atravesando las provincias castellanoleonesas que enlaza el Ferrocarril de La Robla. Sobre estos raíles viaja El Transcantábrico, un producto turístico que une la experiencia de 24 años de historia a un constante impulso de renovación.
La vía métrica hace posible el caprichoso trazado por el que discurre y facilita el original punto de vista que ofrece sobre un entorno de por si espectacular.
Desde 1983, cuando un equipo de profesionales de Feve puso en marcha la atrevida idea de reproducir en otro paisaje y en otro ancho de vía el evocador ambiente de confort y exotismo de trenes como el Orient Express o el Transiberiano, el Transcantábrico no ha dejado de evolucionar para ponerse a la altura de sus míticos referentes.
El Transcantábrico cuenta con dos acreditaciones de calidad que se revisan cada año. En 2007 han renovado su vigencia mediante un proceso que facilita el sistema interno de recogida de datos e incide positivamente en la atención al cliente.
La 'Q' de Calidad, prestigiosa certificación que concede el Instituto para la Calidad Turística Española, ICTE, garantiza que el servicio prestado por El Transcantábrico cumple los más altos niveles de exigencia. El exhaustivo análisis preceptivo, requisito imprescindible para alcanzar este reconocimiento, fue realizado por BVQI (Bureau Veritas), líder internacional en certificaciones de calidad, contemplando las tres vertientes eminentemente hosteleras del producto: el alojamiento, la gastronomía y las excursiones que se realizan a lo largo de la semana que dura el viaje.
A su vez, el certificado de calidad ISO 9001/2000 es un documento que acredita el cumplimiento por parte de este producto turístico de los requisitos necesarios para ser merecedor de tal certificado, extendido también por BVQI. Su utilidad se basa en su condición de herramienta para la mejora continua de la satisfacción del cliente, a quien demuestra el cumplimiento de un estándar del que va a disfrutar durante su estancia en el tren.
Para lograr este certificado se valoran los aspectos referentes al servicio, especialmente las actividades inherentes al desplazamiento, alojamiento, restauración y ocio. La renovación del certificado ISO 9001/2000 significa que El Transcantábrico ofrece al cliente una garantía de calidad que empieza en el primer contacto que se establece con nosotros, e incluye las reservas, compras, proveedores, guías, restaurantes, excursiones, gestión de las posibles reclamaciones, quejas o incidencias, etc.
EL VIAJE
El viaje regular de El Transcantábrico dura ocho días y siete noches que transcurren entre León y Santiago de Compostela o viceversa. Desde este tren, diseñado especialmente para el turismo de calidad, se obtiene una panorámica de la España verde tan original como irrepetible.
El viaje tiene como objetivo dar a conocer el patrimonio cultural de Galicia, Asturias, Cantabria, País Vasco y Castilla y León, revelando su gastronomía excepcional en los mejores restaurantes y acercando al viajero a los espectaculares paisajes. Todo ello sin olvidar la diversión.
Al frente de cada viaje se sitúa un Jefe de Expedición, figura desaparecida en los últimos años que Feve recuperó en 2005 para mejorar la calidad del servicio. Se trata de una especie de "capitán del barco" atento a que todo en el viaje funcione correctamente, desde su vertiente turística hasta la intendencia, la circulación ferroviaria, la seguridad, los aspectos técnicos o cualquier imprevisto que pueda surgir a lo largo de la ruta.
El Transcantábrico cuenta con guías multilingües, expertas en la zonas que atraviesa el itinerario, que acompañan a los viajeros y están a su disposición tanto a bordo del tren como en las visitas que realicen.
La temporada regular del tren se desarrolla entre la primavera y el otoño, normalmente entre abril y octubre. Fuera de la misma, El Transcantábrico se alquila para viajes charter de grupo y se somete a una exhaustiva revisión y renovación en los talleres de Feve, tanto en el aspecto técnico como en lo referente a decoración y mobiliario.
El tren admite hoy un máximo de 50 viajeros distribuidos en plazas dobles que son atendidos en cada viaje por una tripulación de profesionales.
Además de los coches dormitorio, en los que el viajero pernocta y disfruta de sus momentos de intimidad, el tren dispone de cuatro coches salones en los que el cliente puede charlar, disponer de los juegos de mesa, conocer a otros compañeros de viaje, tomarse un café o incluso bailar en el coche discoteca en el que cada noche hay música.
Profesionales liberales, ejecutivos y empresarios con un promedio de edad situado en torno a los 40 años son los principales clientes del tren. Se trata sobre todo de personas habituadas a viajar, que quieren conocer de una forma relajada y divertida el norte de España siguiendo la traza de un ferrocarril diferente.
HISTORIA
La decisión de construir un tren turístico de las características de El Transcantábrico fue tomada por Feve en 1982. Era una idea insólita y arriesgada en la España de aquellos momentos, teniendo en cuenta además que no existían precedentes ni referencias a los que acogerse. Aún así, se construyó un tren bajo el diseño y la dirección de la empresa Temoinsa (Barcelona), aunque fabricado en Madrid por Ateinsa.
El viaje inaugural, realizado ese mismo año, haría el trayecto La Robla-Cistierna, Cistierna-León, ciudad esta última donde autoridades estatales, autonómicas y locales se dieron cita para celebrar el evento y saludar la iniciativa.
Acto seguido tuvo lugar el primer viaje con pasajeros entre León y Santiago de Compostela, travesía que cruzaba el norte de Castilla y León para girar hacia el oeste al llegar a Vizcaya y recorrer a continuación toda la costa del Mar Cantábrico hasta Galicia.
Este primer itinerario se mantendría hasta el año 1991, cuando se cambió a San Sebastián-Santiago de Compostela. Ambas ciudades han sido cabecera y destino de El Transcantábrico desde entonces hasta el inicio de la temporada 2003, momento de la reapertura del Ferrocarril de La Robla, en que el tren recuperó su recorrido original.