MADRID, 1 Oct. (EUROPA PRESS) -
Globalvía ha vuelto a resultar adjudicataria del contrato de mantenimiento de las vías libres de peaje de acceso a Dublín para un periodo de cinco años, con posibilidad de prórroga hasta los ocho ejercicios, según informó el grupo de concesiones controlado por fondos extranjeros.
La compañía que preside Juan Béjar revalida así los trabajos que ya tenía desde que también resultara adjudicataria del anterior contrato, el lanzado en 2013 y que vence ahora.
El contrato abarca desde la prestación de todo tipo de mantenimiento hasta las inversiones de mejora en un total de 180 kilómetros de autovías y autopistas radiales que emanan de la vía M-50 que circunvala la ciudad de Dublín, carretera ésta que también es gestionada por Globalvía.
Además, incluye la realización de estos trabajos también en la autopista N-6 entre Galway y Ballinasloe, en el Oeste de Irlanda.
Globalvía se ha quedado con el contrato de nuevo a través de un consorcio que controla al 70% y que completa la firma local Jons Civil Engineering.
SACYR NO REPITE COMO SOCIO.
En el caso del anterior contrato de mantenimiento de estas vías, el concedido en 2013, Globalvía, que entonces aún estaba controlada por FCC, concurrió y logró el proyecto en alianza con Sacyr, además de con esta misma constructora irlandesa.
En concreto, ese primer contrato se consiguió a través de un consorcio en el que Globalvía y Sacyr contaban con una participación del 45% cada una, y Jons Civil Engineering, con el 10% restante.
Sacyr vendió hace años la participación que tenía en el contrato de construcción y concesión de la M-50 de Irlanda.
Se da la circunstancia de que en la actualidad, Globalvía, controlado por tres fondos extranjeros, mantiene un contencioso relacionado con la participación del 15,5% que Sacyr tenía en la empresa de autopistas españolas Itínere.
Globalvía suscribió a mediados del pasado año un acuerdo con Sacyr y otros socios de Itínere para comprar sus participaciones en esta empresa y lograr su control, si bien la constructora finalmente vendió su porcentaje a Corsair, el otro fondo que puja por el control de Itínere.
